Por Germán Tinti, especial para AGNoticias
La última vez que vieron a Ylenia (o más bien, creen haberla visto) fue en algún momento de la última semana de diciembre de 1993 en la Vieux Carré, la zona más antigua de Nueva Orleans, un sector de la ciudad en la que uno podría fantasear con cruzarse con Mickey Rourke tras la pista de Johnny Favourite, o bien a Brad Pitt y Tom Cruise devenidos en apuestos y andróginos vampiros.
Ylenia Carrisi había llegado a la mítica ciudad natal de Louis Armstrong desde Belice luego de viajar casi 3.500 km en autobús. Se alojó en el hotel LeDale, un establecimiento de medio pelo. Nadie imaginaría al verla que se trataba de la hija mayor de una de las estrellas de la canción italiana de las anteriores tres décadas.
El ruiseñor de Cellino
Albano Carrisi debutó en el mundo de la canción en el Festival de la Rosa en 1966 con el seudónimo de Al Bano y fue un inmediato suceso en ventas en una época de grandes cantantes románticos italianos. En 1968 ganó el Premio Especial de la Mejor Canción del Festival de San Remo. En 1970 contrajo matrimonio con Romina, hija del actor Tyrone Power y la actriz Linda Christian. Como ya se dijo, Ylenia fue la mayor de cuatro hermanos; la lista se completa con Yari Marco, Cristèl Chiara y Romina Iolanda.
Dato de color: Al Bano le ganó, en 1999, un juicio por plagio a Michael Jackson, cuya canción “Will You Be There” es sospechosamente igual a “I cigni di Bálaka”, que el chansonier de Brindisi había publicado unos cinco años antes que el ex Jackson Five.
Destacada estudiante de Literatura del King’s College de Londres, Ylenia había decidido hacer realizar su sueño de la adolescencia: viajar por el mundo como mochilera. Hizo un alto en sus estudios, volvió a Italia, vendió todas sus pertenencias y compró un ticket hacia la aventura. Recorrió el continente americano de norte a sur y se estacionó unos meses en la paradisíaca Belice, desde donde partió intempestivamente hacia Nueva Orleans antes de la Navidad del 93. Su hermano Yari quiso sorprenderla, pero cuando llegó al país caribeño Ylenia se había esfumado.
Rastros perdidos en Bourbon Street
En Nueva Orleans su pista es difusa y fugaz. Se relacionó con Alexander “Pop” Masakela, un músico callejero 20 años mayor que ella que luego de su desaparición estuvo un tiempo detenido pero se determinó que no tenía ninguna relación con el caso.
Desde entonces todo es misterio, incertidumbre, versiones que nunca pudieron ser comprobadas y un desfile de personajes que encajarían perfectamente en una buena peli de suspenso. La policía recogió el impreciso testimonio de un guardia de seguridad que sostenía haber visto a una mujer que encajaba vagamente con la descripción de Carrisi saltar al Mississipi diciendo “pertenezco al agua”. Sin embargo, una búsqueda de la Guardia Costera de Estados Unidos no arrojó resultados positivos, aunque hipotéticamente el cuerpo podría haber sido arrastrado por la corriente hacia el golfo de México. Dos años después, una persona anónima informó que Ylenia estaba viva, pero con paradero desconocido. O sea, nada.
Un convento en Arizona
Poco después de conocida la noticia de la desaparición de la hija de Al Bano, Frank Crescentini, un detective privado de Las Vegas le ofreció sus servicios. Al ser rechazado por el cantante y su familia, Crescentini decidió investigar por su cuenta y riesgo, tarea a la que se dedicó durante casi dos décadas, sin resultados comprobables. Una de sus hipótesis es que se encontraba recluida en el convento St. Anthony en Phoenix, pero nunca consiguió una orden judicial para allanar el lugar, aun cuando su versión era confirmada por Casia Chayenne… una médium de Hamburgo.
Se dijo que la chica tenía problemas con las drogas y que se habría suicidado. En 2005, la periodista chimentera española Lydia Lozano, que afirmó con completa seguridad que Ylenia estaba viva. “Digo que está viva y que va a hablar” afirmaba, añadiendo que vivía en Santo Domingo con una persona poderosa y que tenía dos hijos. Pero lo cierto es que a Lozano le habían vendido pescado podrido y lo pagó muy caro.
La tortura de la incertidumbre destruyó el matrimonio Carrisi – Power. Mientras Romina continuó y continúa buscando a su hija, Albano solicitó en 2013 que la Justicia italiana la declare oficialmente muerta. El cantante declaró sentirse rendido después de 18 años de búsqueda, pistas falsas y desmentidas.
El asesino de la cara feliz
Aun así, las versiones sobre su muerte, y las hipótesis de que sigue viva, vuelven cíclicamente a los diarios y los portales. En 2015 el diario italiano La Repubblica publicó que había aparecido su cadáver en el estado de Florida. Pocos días después llegó la desmentida, luego de que se realizaran análisis de ADN.
Un par de años después, Keith Hunter Jesperson, “el asesino de la cara feliz”, hizo un reconocimiento fotográfico de sus 8 víctimas y al ver la imagen de Ylenia afirmó que se llamaba Susan, una mochilera que le hizo dedo en 1994 en Tampa, a la que asesinó en la cabina de su camión cuando se dirigía hacia Las Vegas. Inmediatamente se hicieron los análisis correspondientes en el cadáver de ¿Susan? (que había sido hallado en 1996), pero los resultados fueron negativos, Susan no era Ylenia.
Una foto en Venecia
El año pasado el fotógrafo italiano Roberto Fiasconaro afirmó haber tomado una imagen de la hija de Al Bano y Romina Power en Venecia… hace 20 años. Según su testimonio se habría acercado a ella para preguntarle en inglés si era Ylenia Carrisi y ella habría respondido instintivamente que sí, luego lo habría negado y sus amigos y un niño que estaba con ella se habrían interpuesto para llevársela. La mujer de la imagen del fotógrafo italiano recuerda vagamente a Ylenia. Como es normal en estos casos, no hubo ninguna confirmación.
Ylenia se fue, pero sigue presente. Un misterio que tal vez nunca tenga respuesta y al que el detective Frank Crescentini se refiere como lo haría un personaje de Nick Nolte: “¿El cuerpo de Ylenia ha sido encontrado? Entonces, mi respuesta es que está viva. Este caso recuerda en mucho al de Elvis Presley. Cada cierto tiempo alguien los ha visto en estaciones de tren, aeropuertos, caminando por la calle, en conventos…”