Por Belén Montoya – Platea preferencial es una columna pensada para hablar de cine. Saliendo del lado formal de AGNoticias, la columna se propone a recomendar películas, comentar films y a brindar «datos color» de actrices y actores pertenecientes a Hollywood, cine argentino y cine independiente. En esta ocasión, hablaremos de Doble discurso, la película argentina del momento.
Alerta spoilers: si no viste esta película y queres hacerlo… ¡Volve más tarde!
Primer punto clave: la trama
La trama oficial de ‘Doble Discurso’ nos trae a El Griego -interpretado por Diego Peretti- quien es un asesor de imagen de políticos, genio de la persuasión pero muy poco atractivo. Ricardo Prat -Rafael Ferro-, un candidato carismático pero intelectualmente limitado, lo contrata como última opción cuando Camila Hewell -Julieta Cardinali-, una periodista combativa, decide enfrentarlo para exponer su pasado misógino y los negocios turbios de su familia. Gracias al Griego, el candidato empieza a comportarse y hablar de manera que termina seduciendo a la periodista, que no sabe que sus palabras provienen de alguien que la ama a escondidas. Con este punto de partida, nos adentramos en una comedia romántica que tiene sus idas y vueltas
Jugar con la cultura de la cancelación
Un punto muy moderno que tiene la película, es como utiliza el concepto de la cultura de la cancelación. El gran miedo de Prat es que las redes se vuelvan en su contra, entendiendo así que también lo harán sus votantes. Si bien este sujeto es deplorable, la imagen que le debe brindar al mundo tiene que ser la más puritana posible (cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia…) En torno a este concepto, juegan muchos factores que denotan las personalidades de todos y cada uno de los personajes. Desde la periodista progre, el político conservador, el asesor con doble moral. Todo es un teatro y estas personas deben saber actuar.
¿Realmente es una película políticamente incorrecta?
Personalmente, no diría que Doble discurso es una película políticamente incorrecta. Pero sí se nota su esfuerzo por serlo. La película se esfuerza por críticar todo (desde la ética periodística hasta a la idea de política como tal) pero termina cayendo en un pozo por abarcar muchos puntos y no resolver satisfactoriamente ninguno. Digamos, el concepto de la cinta es más de lo que logra exponer en su contenido. En casi dos horas hace una extensa crítica que queda estática, suspendida en el aire. Algunos usuarios en el sitio filmaffinity tildan que la película tiene ‘problemas de tono’ y que se ‘desenfoca rápidamente’.
¿Vale la pena ver Doble discurso? – Por Belén Montoya
Como mencione anteriormente, ‘Doble discurso’ es una película que tiene algunos inconvenientes. El que se me hizo más evidente, es el de todos los temas que intenta abarcar en dos horas de película. Quizás, para una serie hubiese sido ideal esto, teniendo en cuenta que por capítulo se puede desarrollar una idea. Pero se siente un poco apretujada, por llamarle de algún modo. Otro problema que tiene, es como oscila entre ser una comedia y un drama. Los momentos dramáticos son bastante pesados y las partes cómicas no logran equiparar eso.
Dicho lo malo, vamos a lo bueno. Como sátira, me parece excelente e incluso muy inteligente de a momentos. Esta crítica al universo político me pareció atinada y que, con la Argentina en plena época de campaña electoral, resulta sumamente familiar. El homenaje a las capacidades constructivas y destructivas de la palabra me pareció maravilloso. En conclusión, para un domingo está buenisima. No es la mejor película que vas a ver en tu vida, pero es entretenida. Larga vida a Peretti. La duración del film es de 112 minutos.
