Que la noche de Alta Gracia suele ser bastante descontrolada, no es una novedad. Que en algún momento, habiendo incrementado los controles nocturnos y con la acción de Seguridad Ciudadana parecían haber disminuido los hechos delictivos o violentos, fue una pasajera novedad.
Durante mucho tiempo los medios periodísticos reflejábamos casi a diario los controles diurnos y nocturnos a motos y autos. El uso del casco, la documentación y los ruidos molestos eran las principales cuestiones que se controlaban. El resultado no fue casualidad: momentáneamente bajó el índice de delitos o infracciones.
Pero será tal vez porque quienes dan las órdenes deciden que controlar en tiempos electorales es «poco político» o vaya a saber por qué motivo, lo cierto es que desde hace ya bastante tiempo aquellos controles desaparecieron o se hicieron tan esporádicos que casi no se notan.
¿Las consecuencias? Motos que andan a mil, sin medidas de seguridad y con conductores poniendo en peligro sus vidas y las de los demás. Motochorros que han vuelto a andar libremente; picadas en las avenidas y escapes libres a toda hora del día y de la noche.
En jornadas como las de ayer, donde hubo festejos por todos lados, los controles tampoco concurrieron a la cita. Día del Amigo, noche de descontrol en varios puntos de la ciudad.
Para muestra basta un botón
Una vecina de calle Padre Grenón (a media cuadra del casino, a metros del Tajamar, en pleno centro de la ciudad) denunció por las redes sociales que anoche, con los «festejos» de algunos por el Día del Amigo, su vehículo sufrió el ataque de vándalos.
«El auto quedó estacionado en la calle y esta mañana a las 6 lo vimos. Nos reventaron el parabrisas con un ladrillazo. No robaron nada, creo que no fue esa la intención. Solo hacer el daño», relató a AGNoticias.
No fue el único inconveniente anoche. Mucho menos el único en los últimos días de un fin de semana bastante violento (con herido de bala incluido a la salida de un boliche). Los controles preventivos increíblemente parecieran haber desaparecido de la agenda municipal y da la impresión que los encargados de llevarlos a cabo están con las manos atadas. ¿Volverán antes que sea demasiado tarde?
