AG Noticias
Educación

Clases: del cole a la casa y viceversa: informe del primer semestre educativo

Del cole a la casa, y viceversa: informe del primer semestre de clases

Las clases… Finalmente, y en medio de la segunda ola de Coronavirus, llegó Julio. Niños y adolescentes se encuentran en receso invernal, luego de idas y vueltas entre la virtualidad y la presencialidad. La gran pregunta es ¿Cómo se vivieron estos cambios de las escuelas, puertas para adentro?

AG Noticias dialogó con maestras, directoras y madres de niños en edad escolar, para saber como fue la experiencia particular de cada una de las partes involucradas en este particular semestre de clases. Como punto de partida, se puede afirmar que todas coincidieron en una cosa: este semestre fue distinto a los anteriores, y tuvo múltiples dificultades

Las intermediarias de las clases: las maestras

Daniela Powel, maestra de la escuela Julio Barrientos, expresó que vio a los chicos llenos de alegría en las aulas. «Cuando llegaba el viernes, preguntaban entusiasmados cuando debían volver«. Sin embargo, también habló del problema que lleva la virtualidad. «En estás semanas que transcurrieron muy pocos logran conectarse en los horarios pactados.»

«Al ser familias numerosas, se les dificulta completar las tareas a diario. Van mandando sus trabajos de a poco y poniéndose al día. Son varios de distintos grados en una casa y con un solo celular. Hay muchas familias muy comprometidas con la educación de sus hijos por suerte.«

Por otra parte, Mercedes Bersezio, de la escuela Víctor Mercante dijo que esta primera etapa fue positiva, en perspectiva a la del 2020. «La alternancia de la presencialidad en burbujas permitió poder hacer un acompañamiento más individualizado de los estudiantes. Los tiempos presenciales, a pesar de ser más cortos que un año escolar normal, permiten acompañar la trayectoria escolar de nuestros alumnos; no así el trabajo virtual. Por este motivo es muy importante aprovechar al máximo los tiempos presenciales mediante la planificación de actividades potentes

Coincidiendo con estos puntos, Claudia Romero de la escuela Manuel Solares, agregó que hay intercambios y vínculos que no pueden -ni deben- negociarse para el proceso educativo.

«El vínculo docente-alumno sigue siendo necesario. No existe el aprendizaje si no existe el vínculo. El desarrollo tecnológico permite tender puentes, acercar espacios pero de ninguna manera reemplazan los vínculos sociales.«

-Claudia Romero, escuela Manuel Solares.

«Algunas acciones que ayudaron a mantener la relación fueron enviar el material con una frase que auto motive, generar preguntas que trabajen el cerebro emocional, porque las emociones están presentes al momento de aprender, incluso en la virtualidad. También mostrarse dispuesto a ayudar, motivar a pedir ayuda a los docentes y a sus compañeros.

Siempre preguntar, cómo se sienten, cómo están viviendo esta situación, escuchar, validar las emociones. Este es el momento para aprender a ser resilientes, implica desarrollar la capacidad de hacer, de seguir aunque no tengamos ganas, de ser flexibles y aceptar los cambios.«

La fuerza desde la casa: los padres

Pese a que el rol de los padres siempre fue activo y participativo, desde la pandemia tomó un lugar ampliamente superior. Daniela Gallara, mamá de dos chicos -un nene en primaria y una nena en secundaria- del colegio Obraje, opinó que los padres no están preparados para enseñar, pero sí para acompañar.

«En este colegio las seños y los profes están presentes virtualmente para que tengan una conducta horaria, continuidad, aprendizaje, consultas y exámenes. Esto, como padres se contrapone con el trabajo diario, tareas del hogar, etc. Además, los niños no interactúan con otros cara a cara, no pueden compartir meriendas ni juegos y se hacen solitarios. Esto dificulta que en un futuro puedan relacionarse con otros, que es algo fundamental en la vida y que debe ser parte de ellos en esta temprana edad.»

Por otro lado, Celeste Gómez, madre de dos niñas de la primaria del Nacional, dijo que la conectividad no ayuda al aprendizaje de los pequeños: «Con la virtualidad no aprenden nada los niños. Además, mucha gente no tiene para conectarse. Aprendían más presencialmente»

A su vez, y en pos de dar una solución a la problemática que conlleva la virtualidad, Celeste explicó que todo sería más sencillo con material físico. «Los padres también renegamos con la tecnología. Por eso, en vez de PDF deberían dar cuadernillos, que son más prácticos.»

Otra parte esencial: los directivos

A pesar que el 2020 y el 2021 parecen ser años similares en cuanto a la escolaridad, esto no es así. Andrea Scavone, vicedirectora del colegio República Italiana expresó que el 2020 fue diferente. «El año pasado tuvimos que acomodarnos, acostumbrarnos, y establecer acuerdos en la forma de trabajo desde cualquier área y con la participación de todos los docentes de la escuela”.

“En nuestro contexto social muchas familias no contaban con conectividad para las clases. Tuvimos que pensar a nivel zonal en conjunto con otros colegios e inspección, en qué medios acercar las planificaciones a las familias. Así que comenzamos a imprimir las clases y entregarlas en la escuela en un día estipulado.»


Respecto a lo que va del 2021, Andrea dijo que nuevamente hubo que organizar el trabajo y pensarlo desde las posibilidades de las familias: «Cada docente se organizó para ayudar a los estudiantes que no tienen conexión, desde los recursos de la escuela y personales también.”

Por otra parte, Raquel Barrionuevo, directora del colegio José de la Quintana, explicó que como los directivos escolares atravesaron una ardua etapa de trabajo. «La pandemia, la bimodalidad y la conectividad nos llevaron a revisar permanentemente la planificación escolar. No obstante, la tarea para optimizar el aprendizaje de los chicos sigue siendo nuestro desafío y nos impulsa a elaborar proyectos para lograrlo.«

Finalmente, Silvia Guerrero, directora del Manuel Solares, agregó que lo que más le logró encontrar fue una buena organización. «El mayor desafío que tuve que afrontar fue lograr una buena organización de la escuela, que permitiera brindar las condiciones sanitarias necesarias para el cuidado de los estudiantes y del personal que forma parte de la institución, sin perder de vista lo pedagógico.«

«Esta organización tenía que ser flexible, debido a los imprevistos que suceden a diario como consecuencia de la situación epidemiológica determinada por la pandemia.»


nakasone