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Contra la violencia de género: La ley vs la aplicación de la ley

AG Noticias dialogó con la Doctora Silvia Osaba, abogada de amplia trayectoria en nuestro medio y en la provincia, quién explicó de qué consta la ley 26.485 que sanciona la violencia contra la mujer. Además, la abogada hizo un gran énfasis en la aplicación de esta ley, y el contexto que la acompaña en el país. // Fotografía cortesía Vía País.

Aplicación de la ley 

En primer lugar, Silvia afirmó que las leyes de por sí, son maravillosas, tanto el Código civil como este tipo de leyes. El verdadero asunto, está en la aplicación de cada ley y quien es la persona que las interpreta. “Las leyes existen, en otro momento no existían, ni este código ni está ley de violencia.”

La ley de violencia se ocupa de las acciones inmediatas, es decir, de las restricciones, de evitar que la gente esté en contacto. Esto para evitar problemas mayores. Le sugieren -e imponen- a la gente que hagan terapia. 

La terapia, a su vez, supone otro problema, y es que la gente hace terapia como puede. “En el tribunal, por ahí vas a pedir un turno y te lo dan dentro de un mes, con suerte. En Alta Gracia, es compleja la situación. Pero bueno, la gente lo hace. El tema es ¿Cómo hacemos para que la ley se aplique, para que se implemente y para que le sirva a la gente?”

Restringir, no excluir

Conozco un caso de un jubilado que empezó a hacer terapia, invitó a su pareja a hacer terapia. Y de pronto, una juez de paz lo excluye. Estoy muy de acuerdo con los juzgados de violencia, pero sinceramente, les quitaria la potestad de exclusión a los jueces de paz. Tal vez podrían continuar con las restricciones, pero no con las exclusiones. A mi me parece tremendo. En este caso del jubilado, para mi había que constatar, previo a su exclusión, que es una medida extrema. La formación de violencia de los jueces de paz no es la misma.

En base a su experiencia, la Dra Osaba afirma que antes no teníamos nada, y ahora tenemos una herramienta. El punto es cómo se pone en práctica. “Creo que lo importante es que a la gente le sirva. Desde la época que las mujeres no eran ni escuchadas, muchas veces golpeadas, ninguneadas, olvidadas por el sistema porque nadie las tenía en cuenta; hasta ahora, que las mujeres pueden llegar a mentir, y que existe un fallo que dice que sus dichos son tenidos como verdad absoluta… Es muy extrema la cosa.”

El exceso de derechos no está mal, está bueno. El asunto es, en la realidad, cómo se aplica esa ley. ¿Cómo se ejercen esos derechos? Porque si la mujer es buena persona, maravilloso. Pero, si no lo es, ¿Qué pasa?

Detectar el problema 

Según explica Silvia, la ley es una herramienta, pero, a su vez, se puede utilizar de forma incorrecta, cómo cualquier otra ley. En este punto, la salud mental toma un punto casi protagónico en la problemática de la violencia de género. “Lamentablemente, en Alta Gracia, la pobre Lic. Frada ha estado sola para todos los casos. Para todos la misma psicológa. Para una gran cantidad de casos.”

Hay gente que ha utilizado está ley para su beneficio. Sin darse cuenta, que esto no es un “ahora me las va a pagar”, porque hay un montón de componentes. Y ya digo, creo que el equipo técnico tiene sus limitaciones, creo que es muy poca gente trabajando con un montón de casos, y encima con mucha presión. Es una problemática del mismo sistema, creo yo. El asunto es este: ¿Dónde invertimos los recursos? Si la municipalidad tiene recursos de psicólogos y trabajadores sociales ¿Por qué no ir a territorio?  Se necesitan trabajadores sociales que puedan detectar el problema. 

Prevención

Silvia también explicó la gran importancia de tratar está ley interdisciplinariamente para prevenir situaciones violentas de los hombres hacia las mujeres. “La prevención no es algo que se vea. Se ve más la criminalidad. Y nadie invierte en prevención. Si no conocemos las situaciones en los barrios ¿Qué podemos prevenir? Todo se puede prevenir.”

Nunca se invierte en los recursos necesarios. Hace unos años, yo veía que se iban a poner muchas camionetas, muchos policías, para prevenir. Y por ahí, los policías no tienen las herramientas cómo para poder evaluar estos problemas. Sin embargo, si tuviéramos un grupo de trabajadores sociales, psicólogos, la policía podría ir acompañando. La policía es un órgano represivo no preventivo. Y no están preparados. ¿Por qué les vamos a exigir algo que no les corresponde?


Finalmente, Silvia dijo que aún no hay políticas públicas que tiendan a resolver estas cuestiones sociales. “Hay mujeres que están solas, no tienen con quien hablar, sufren violencia de género, y no están siendo visibilizadas. Para ser eficaces, deberíamos tratar está ley interdisciplinariamente.”

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