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Cinema Paradiso: Reparando la máquina de proyectar sueños

Cinema Paradiso: Reparando la máquina de proyectar sueños

Desde hace unos cuantos días, se lo ve transitar por el enorme hall del querido Cine Teatro Monumental Sierras. Va y viene, nervioso, como sabiendo que tiene entre sus manos parte de la historia misma de la ciudad.

Es Alberto Frau, una vida dedicada a manejar el proyector del cine mayor de Alta Gracia. «Entré pibe y salí hecho un hombre», nos dice como al pasar, recordando que estuvo más de dos décadas siendo quien colocaba y cambiaba los enormes rollos de película, cada día todos los días.

Cinema Paradiso: Reparando la máquina de proyectar sueños
Alberto y José, recuperando el viejo proyector.

Entre un grupo de muchachos y chicas que están ploteando las paredes y los ventanales del cine para dejarlo hecho un chiche para el lunes, algo han desempolvado y sacado del olvido.

A Alberto le encargaron. O mejor dicho, se auto impuso la tarea de volver a poner en funcionamiento uno de los viejos proyectores que tuvo el Monumental.

«Es un proyector Phillips Modelo FP5. Se empezó a utilizar desde la inauguración del cine en 1954. Es de fabricación holandesa», nos cuenta Alberto mientras aceita piezas, ajusta tornillos y calibra los mecanismos del viejo proyector junto a su amigo José Heinz.

Cinema Paradiso: Reparando la máquina de proyectar sueños
Así estaba el viejo proyector, antes de pasar por las manos de Alberto.

Cuando uno cree que con observar cómo trabajan en la pesada maquinaria había visto todo, Alberto nos pregunta: «¿Querés verlo funcionar»? No hizo ni falta que le respondiéramos. Apretó un botón y los viejos mecanismos volvieron a realizar el movimiento que durante tantos años sirvieron para proyectar las películas que nosotros veíamos, cómodos, en las butacas frente a la gran pantalla.

Alberto se emociona cada vez que los engranajes comienzan a funcionar. Recuerda mil noches, mil películas, infinidad de sensaciones vividas en la soledad de la sala de proyección, arriba más allá del pullman.

Y nos sigue contando, apasionado: «Mirá, por acá entraba la película, pasaba por estos lados… acá recibía la luz concentrada que se emitía desde un arco que se producía entre dos carbones que estaban en esta parte…», y nos abre los compartimientos, y nos muestra cómo funciona cada pieza, cada mecanismo… y logra que también nosotros nos emocionemos a su lado.

Así, pasional, emocionado, Alberto Frau, aquel encargado de proyecciones que aprendió a admirar a Marcello Mastroianni, a Catherine Deneuve o a Gerard Depardieu, revive en cada pieza restaurada, en cada mecanismo recuperado, las alegrías de aquellos días cuando proyectaba sueños a través de una pantalla.

El Cine Monumental tiene y tendrá, por cosas como éstas, una magia especial, una mística que permanecerá eternamente intacta y  que sobrevolará libremente por sobre la historia y el presente de Alta Gracia. Y allí está Alberto. Feliz. Igual que la ciudad.

MIRÁ CÓMO FUNCIONA DE NUEVO EL VIEJO PROYECTOR:

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