A partir de una actuación sólida, fundada en el corazón pero también en el fútbol, el seleccionado argentino le ganó 2 a 0 a Polonia. El sábado jugará en Octavos de final ante Australia.
El partido demandaba una actuación como la que tuvo el equipo de Scaloni. El rival invitaba a jugar, pero era una máquina de impedir, aceitada. Sin apetencias ofensivas, pero sólido en el fondo. Pero eso no fue obstáculo para que desde el inicio, Messi y compañía comenzaran a hacer figura al arquero Szczesny.
El guardameta polaco fue lo único que impidió que la primera mitad no terminara con Argentina arriba por un par de goles. Pero el complemento fue otra historia.
Mac Allister fue quien tuvo la llave para abrir el marcador y el partido. Porque a partir del segundo minuto del complemento, todo se hizo menos complicado. El gol sumó tranquilidad y de la mano de ella se vio lo mejor de Argentina. El golazo de Julián Alvarez terminó por derrumbar el muro defensivo polaco.
Los europeos, luego del 0-2 solo atinaron a cuidarse de no caer por goleada. Nunca tuvieron plan B, ni tampoco lo intentaron. Lo suyo fue esperar a que pasaran los minutos y que México en otra cancha, no convirtiera más goles. Pobre, muy pobre lo de Polonia. Falto de nivel por donde se lo mire.
La victoria fue más que merecida y dejó ver la mejor cara de un equipo que supo sobreponerse al fatídico primer partido, y salir adelante. Además, Argentina ganó el grupo, esquivó a Francia en octavos y tendrá como rival a Australia (la sorpresa, hasta ahora). Un adversario al que seguramente casi todos elegirían enfrentar en un mano a mano.
La historia tendrá continuidad el próximo sábado. La ilusión está más intacta que nunca y este equipo continúa invitando a soñar. Porque ha demostrado tener corazón, dar muestras de carácter y -sobretodo- tener el fútbol necesario como para justificar que se puede más, mucho más.
