Sobre la Ruta Provincial Número 5, pasando Alta Gracia, Anisacate invita a pasar el día en el río y a conocer distintos íconos religiosos.
Aguas calmas
El nombre prehispánico de este lugar proviene de “ani” (alto, elevado o cielo) y “sacate” (pueblo), por lo que se lo conoce como “pueblo del alto” o “pueblo del cielo”.
El río Anisacate atraviesa la localidad y es especial para disfrutar en familia, ya que tiene playas extensas y aguas tranquilas y poco profundas. Además, la zona es elegida para realizar caminatas.
Sobre las costas del río, antes y después de pasar el puente, se asienta una serie de balnearios y campings privados. Están aquellos que poseen todos los servicios –como asadores, mesas y baños– y otros que además ofrecen canchas de fútbol, piletas y juegos para niños. En estos se puede acampar y los precios de ingreso van de 100 a 200 pesos por persona. Para alojarse, además de campings, hay casas en alquiler, cabañas y colonias.
Puntos religiosos
Para complementar el día de río, una opción es recorrer el barrio El Descanso, donde está la capilla ortodoxa de estilo ruso bizantino San Nicolás de Bari. Inaugurada en la década del ’50, es una de las pocas construcciones con esas características en la provincia y fue construida por el arquitecto Eugenio Spiridonov.
Sobre la ruta 5 se encuentra otro punto religioso: el templo Sagrado del Corazón de Jesús, que se levantó gracias a la colaboración de los vecinos allá por la década del ’40. Además, en el barrio Costa Azul o Mirador de Anisacate se ubica la escultura Cristo Pastor.
FUENTE: VOY DE VIAJE