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Platea preferencial

100 veces no debo: la teatralidad como impronta argenta

Por Belén Montoya – Platea preferencial es una columna pensada para hablar de cine. Saliendo del lado formal de AGNoticias, la columna se propone a recomendar películas, comentar films y a brindar «datos color» de actrices y actores pertenecientes a Hollywood, cine argentino y cine independiente. En esta ocasión, hablaremos de ‘100 veces no debo’, una clásico cómico bien argentino.

Alerta spoilers: si no viste esta película y queres hacerlo… ¡Volve más tarde!

Primer punto clave: la trama

La familia Siri, compuesta por el matrimonio de Julio –Luis Brandoni– y Carmen –Norma Aleandro– se dispone a festejar el cumpleaños de su sobreprotegida hija de 18 años, Lydia –Andrea del Boca-. Días antes del evento, se enteran de que Lydia está embarazada, e intentan hacer que se case antes de que se sepa de su embarazo. Desde este punto de partida, 100 veces no debo es una comedia argentina que ridiculiza la idea de la «familia perfecta». Desde el momento que ‘Lily’ queda embarazada, la familia comienza una buena pulseada contra la vergüenza que les trae esta impactante noticia. Ahora, hay que seguir con los mandatos sociales y que ni se mencione la posibilidad de un aborto… Porque la moral es lo primero.

La teatralidad y la exageración como recurso cómico

No es novedad que en Argentina las comedias son sumamente exageradas. Un ejemplo de esto es la película Esperando a la carroza, en la cual una situación dramática es llevada al extremo cómico. Bueno, 100 veces no debo utiliza la misma fórmula. Y aunque acá la situación principal no es nada grave, si es llevada a un punto que genera risa en el espectador. Inolvidable la reacción de Julio (interpretado por Brandoni) cuando se entera que Lydia está embarazada. O el momento en que Carmen (Norma Aleandro) practica la reacción «espontánea» que tendrá al encontrar a su hija teniendo relaciones. También la representación de la vecina chusma que está todo el tiempo esperando que suceda algo. Si bien la situación inicial que se plantea no es cómica, el guión teatral y la gran actuación del elenco generan un efecto muy gracioso. Los sonidos también son una parte importante, resaltando las acciones de los personajes.

Una película muy noventera y con una impronta bien argentina

Otro punto a destacar es que la película se siente familiar. Quizás como espectadores no nos sentimos identificados con el tipo de familia que plantea el film, pero si sentimos esa esencia bien argentina a lo largo del relato. Frases como «vos no pensas en tus padres?» o «vos tenes muchas más libertades de las que tenía yo» son típicos reclamos que los padres hacen a sus hijos. La visita del novio de Lydia durante el sábado es una costumbre antigua muy arraigada a nuestro país. Los noventa argentinos también dicen presente con el personaje de Julio, que está totalmente arrepentido de no haberse ido a norteamérica cuando tuvo la oportunidad, es un crítico severo del comunismo y está obsesionado con calcular todo en dólares.

Algo digno de mencionar, es como este largometraje está en el centro de la cultura popular. La frase «a la nena le llenaron la cocina de humo» es recontra conocida por todos, sin necesidad de haber visto la película. El personaje de Lydia diciendole ‘papucho’ a Julio, es una clara inspiración del modismo de Paola Argento en Casados con hijos, serie emitida 15 años después del estreno de 100 veces no debo. Un producto bien icónico de nuestro pais.

¿Vale la pena ver 100 veces no debo? – Por Belén Montoya

Por dónde empezar. Primero que nada, me parece un clásico argentino, de esas películas que ya tienen su lugar en la cultura popular. Muy reconocida y aclamada por nuestra gente.

Debo decir que la película me pareció una sátira de la «familia perfecta». Las cuestiones morales, económicas y éticas que nuestros protagonistas atraviesan hasta llegar al desenlace van descendiendo de mal a peor -pero representadas de una manera cómica-. El humor me pareció bastante ácido y sin dudas algunos chistes envejecieron muy muy mal. Pero bueno, tampoco se puede atacar a una película de los noventa con los ojos del 2023. Simplemente hay que verla sabiendo que hay bromas un tanto… polémicas. Es increíble lo bien representados que están los noventas argentinos, desde la imagen de la clase media hasta Julio midiendo todo en dólares. 

Me pareció muy divertido como los personajes principales se satanizan una y otra vez para finalmente decir «yyyy bueno, que se le va a hacer» ante el embarazo. Teniendo en cuenta el humor que maneja, todos deberíamos ver esta película, simplemente porque es una de las tantas aclamadas por la crítica que tenemos en nuestra Argentina. Aunque… Ojalá ninguna familia del país sea así, jajaja. La película tiene una duración de 91 minutos.

nakasone