Y en estos tiempos ¿Qué hay en tu parrilla? La respuesta trae un cambio en los hábitos de consumo dados por el hasta ahora casi imparable tren de la inflación, que hace que los amantes de la parrilla compren otros cortes, más achuras, y menos asado.
Es muy posible que en algunos hogares argentinos, las familias se hagan esta pregunta, Y en estos tiempos ¿Qué hay en tu parrilla? La parrilla se está usando con menos frecuencia y no es por un tema de gusto, sino por un tema de bolsillo. Conversamos con Verónica Molina de la Carnicería del Centro ubicada en la Plaza Mitre de Alta Gracia, quien nos contó que la venta de asado bajó en un 30% aproximadamente, aunque los fines de semana se recuperen medianamente los niveles de venta.
Verónica nos comentó que los cortes más baratos como falda, aguja y bocado, han tenido un incremento en cuánto a preferencia de sus clientes, en un 50% más. Son los cortes más escogidos mientras los precios lo permitan. El precio promedio de un asado para 4 personas alcanza los $7000, para una familia tipo de dos adultos y dos niños.
Datos interesantes
La palabra achura es originaria del araucano “achuraj” que significa “lo que no sirve y se tira”, en ganadería sería toda la menudencia, toda la parte interior del animal que se saca y que generalmente se tira. Definitivamente esta definición googliana ya no aplica. En nuestra indagación descubrimos que las personas están comprando más achuras para poner en sus parrillas.
Es decir, buscan chorizo, chinchulines, corazón, tripa gorda, riñón y entraña. Todo para seguir sintiendo ese olorcito a asado de fin de semana en toda la casa. Verónica ya tiene vendidos aproximadamente 200 kilos de mondongo en una semana, teniendo en cuenta que se aproxima el tradicional locro del 1º de mayo. No obstante, en un mes ya está vendiendo esos 200 kilos.
Otros datos interesantes son, que está vendiendo 200 kilos de hígado semanalmente y la carne molida común, llega a los 100 kilos diarios en ventas. Y en estos tiempos, qué hay en tu parrilla? También se responde con una sola palabra: Nada. Muchos de los clientes de Verónica le comentan que hace rato que no se comen un asado y se acercan a la caja para pagar esos dos kilos de hígado por $600, porque el bolsillo no da para más.
