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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: «Me siento vacía… nada me llena»

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: "Me siento vacía... nada me llena"
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoga Psicoterapeuta Familiar
Mat. 5108-76

Marta dice:

 “No le encuentro sentido a lo que hago. Creo que siempre sentí esa sensación de vacío. Nada me divierte. No sé qué quiero. Es algo que no puedo explicar; hago siempre lo mismo y me aburro cuando no sé qué hacer. Cuando  trabajo no lo siento; pero sí los fines de semana excepto si me reúno con amigas. Me ocurre siempre a la tardecita. Es algo raro.

Si estoy con gente, lo tapo… no tengo ganas de hacer nada en mi casa… prefiero poner una serie en Netflix y no pensar. Siento que no hago nada productivo y constructivo”

Se hace evidente que a Marta le falta un motor… algo motivante.

Intenta llenar ese vacío con miles de palabras compartidas en los momentos que está con otros… o con las historias de vivencias donde otros son los protagonistas. Es como estar en una película en la cual uno no solo es espectador, sino que la ve pasar sin gran interés.

Esta sensación de vacío no es nueva.

Según el psiquiatra Viktor Frankl en su libro «El hombre en busca de sentido» decía que el vacío era uno de los fenómenos más extendidos del siglo XX.

“Al principio de la historia de la humanidad, el hombre perdió alguno de los sentidos básicos que conforman la conducta del animal y le dan seguridad. Hoy el ser humano carece de instinto que le diga lo que hay que hacer, y en ocasiones, no sabe siquiera lo que le gustaría hacer.”

Según Frankl este vacío tan profundo nos lleva a buscar placeres momentáneos que nos sirven pero no nos completan.

Y así vamos enmascarando la vida con diversas facetas y disfraces.

¿En qué pensás cuando te sentís vacía?

¿Qué es aquello que te hubiera gustado hacer pero renunciaste?

¿Sentís que falta algo en tu vida, pero no sabés qué es?

Sería interesante que pudieras contestar estas preguntas, si te ves reflejada en este sentimiento.

En el tiempo de nuestros abuelos, ellos tenían una concepción de la vida más simple y sencilla. Se tomaban ciertas cosas de la vida como por ejemplo, la muerte, las enfermedades o avatares de la naturaleza como algo que formaba parte de la misma.

Y eso es aceptar la incertidumbre que nos plantea la vida.

El sociólogo Anthony Giddens decía que «el dinero, el tener poder sobre las cosas, sobre los otros, fue sacando al hombre de la conexión con lo simple, y así se fue desorientando

Necesitamos arraigo para no desorientarnos, las tradiciones que poco a poco van desapareciendo, se viven como una falta de sostén.

Según Frankl, la única forma de salir del vacío es preguntarse “para qué vivo” y no “por qué vivo”. “El sentido de la vida no es algo que uno tiene que descubrir porque un día se iluminó y dijo: el sentido de mi vida es este”

Por lo tanto una de las formas de salir del vacío es dejar de preguntarse por qué nos pasan las cosas y empezar a pensar qué es lo que la vida espera de nosotros.

Es poder dar respuesta a las situaciones que se van presentando.

Tendemos siempre a quejarnos de todo… del país, la economía, del vecino, del jefe… Pero cuando somos capaces de salirnos de la situación del lamento y de la victimización, nos abrimos a otras experiencias y podemos descubrir todo lo que podemos dar de nosotros mismos.

Este conocerse no es para estar mirándonos el ombligo, sino para que pueda descubrir mis posibilidades y así tratar de construir una vida mejor para mí y para los demás.

“El hecho de que haya en nosotros una sensación de vacío o de frustración existencial, no es signo de una enfermedad sino que significa que en nosotros hay una búsqueda, un ansia de sentir, de darle a nuestra vida un sentido”.

Viktor Frankl

Ese vacío, ese hueco que se siente en el estómago, nos está diciendo que necesitamos conectarnos con nuestro interior. Pero, en este mundo en el que vivimos, el estar conectados casi todo el tiempo al celular, la compu, la tele … inevitablemente hace muy difícil el hecho de poder conectarnos con nuestro interior.

Si por alguna razón, un día cualquiera, de repente, todo a lo que estamos conectados se apagara… ¿Qué te pasaría?

Quizás te sentirías angustiado, o sola o tal vez encontrarías la manera de descubrirte… de darte cuenta que sos creativa… que podés resolver muchas cosas. En fin, ¡habría que probarlo!

Puede haber muchas razones y circunstancias que nos pueden hacer sentir este vacío… la pérdida de un ser querido; el fin de una pareja; el llamado nido vacío cuando se van los hijos para hacer su propia vida; perder un trabajo; la jubilación y cómo continuar a partir de allí…

En general sentir esta vacuidad, se da en los períodos que van de una etapa a otra de nuestra evolución y que seguramente nos generan incertidumbre acerca de cómo la viviremos.

Estas situaciones, a veces lógicas y previsibles, solo están descubriendo algo más profundo.

Todos tenemos en más o en menos, conflictos internos pendientes de ser resueltos. Malas decisiones… culpas… miedos… Cosas que hicimos y que afectaron a otros… Dudas sobre qué hubiera sucedido si en lugar de haber hecho lo que hice, decidía otra cosa… Cuestiones que resolvimos en contra de lo que pensábamos…

El sentirnos frustrados o descontentos es como una desconexión del yo… tengo que prestar atención a lo que está pasando en mi interior.

Como en todas las emociones que se esconden, para comenzar a sanarla, lo primero es reconocer lo que nos está pasando. Sacarla a la luz…cuestionarla…revisarla.

Señales de alerta

El aburrimiento

Se escucha cada vez con más frecuencia frases como “estoy aburrida”; “¿qué puedo hacer”?; «esto no me interesa”. Se está permanentemente en la búsqueda de algo más novedoso, de lo momentáneo. Pero estos momentos son mínimos. No se encuentra algo que realmente llene y haga sentir bien.

La soledad

Pero no se trata de aquella elegida para encontrarse con uno mismo; es la soledad de aquella persona que no puede estar sin otro; que no puede construir un vínculo que la satisfaga. Denota la imposibilidad de estar solo.

La apatía

La persona que la padece sufre mucho porque no encuentra nada que la conmueva, que le de placer. Se busca el vértigo, el desenfreno. Pero esto puede traer consecuencias nocivas a la salud… las drogas… el alcohol… el desenfreno en una sexualidad donde se cosifica al otro.

La angustia

La persona se protege de las experiencias de la vida; se mete en un cascarón para que todo lo negativo, peligroso no pueda hacerme daño. Me paralizo y no hago nada. Me siento frustrado.

Si uno pudiera imaginarse de acá a 20 años…¿podría decir que encontró un sentido a su vida y si es así, cuál sería este?

¡Hagamos la prueba!!

Hasta la próxima semana, que disfruten!  ¡Vamos Argentina!

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