Desde hace ya un buen tiempo, el mundo ingresó en la era digital. En nuestro país, y concretamente en la Provincia de Córdoba, la digitalización de los documentos es un hecho. Muchos municipios y comunas han ido adecuando sus estructuras administrativas y contables a los nuevos tiempos.
Este proceso de digitalización encontró en los largos meses de la pandemia, el mejor de los caldos de cultivo. Así, se aceleraron los tiempos y desde hace mucho ya, los trámites y los pagos pueden hacerse a través de distintas plataformas, sin necesidad ni del hecho presencial ni del soporte papel.
No sería precisamente el caso de la comuna de Villa La Bolsa.
En la última asamblea de vecinos convocada por las autoridades de la localidad, más de un vecino tuvo la chance de hacer conocer sus inquietudes, y plantearlas cara a cara a las autoridades. Más allá que no obtuvieron respuestas satisfactorias, estos reclamos desnudaron otra situación: la digitalización en la Comuna de Villa La Bolsa aún estaría dentro del terreno de la ciencia ficción.
Tiempos modernos, o no tanto…
En un contexto de recaudaciones flacas por parte del ente comunal, con índices de cobro muy por debajo de lo esperado, tal vez un paso hacia la digitalización podría solucionar algunos problemas. Y, de paso, para mejorar la relación maltrecha entre autoridades y vecinos.
Existen casos de vecinos que llegaron a un acuerdo por mail (hasta ahí llegó la digitalización) para arreglar su deuda por tasas inmobiliarias. A través de esos acuerdos, la Comisión se comprometió a que “a la brevedad le haremos el plan de pagos” y a pesar de la insistencia por parte de los vecinos, este plan nunca les llegó.
Esto, puntualmente fue planteado en la última asamblea por un vecino. Como única respuesta, un par de días más tarde, recibió una nota de la Comuna, firmada por el abogado Dr. Blanco comunicándole que «todo acuerdo ha caído por falta de cumplimiento» y que «toda deuda se actualiza diariamente». Además, se lo intima al vecino en cuestión a pasar por la comuna a regularizar, porque «en diez días proseguirá procesalmente».
De más está decir que entre el acuerdo acordado allá por julio de 2021 y la nota recibida en las últimas horas, el vecino solicitó infructuosamente a la Comuna que se le enviaran los pormenores del plan de pago, y se emitieran los cupones para poder abonar en tiempo y forma las cuotas. Nunca recibió absolutamente nada de parte de la misma Comuna que hoy, un año más tarde, lo intima a pagar en forma actualizada la deuda, bajo intimación de llevar el asunto al terreno judicial.
Más allá de la modernización
Este hecho, incluye y aún va mucho más allá de la modernización y digitalización que arriba mencionamos. Habla de una no-relación entre autoridades y vecinos. Un destrato que queda en evidencia en distintos casos puntuales, pero que hacen a la forma de manejarse de una gestión que eligió aislarse del necesario (y obligatorio, por cuanto fue elegida por el pueblo) cable a tierra que significa el contacto «tú a tú» con la gente.
Diedrich y compañía, encerrados en una burbuja terminan escribiéndose y creyéndose su propio diario, escrito por plumas a sueldo. A todo ésto, los vecinos ya le rechazaron sus dos últimos períodos de gestión. Un mensaje directo que en este caso, no necesitó de plataformas digitales.
