Hasta el momento en Italia hay más de 205 mil casos confirmados de coronavirus y cerca de 28 mil muertos por la enfermedad. Mientras que en las últimas horas se registraron 1872 nuevas infecciones.
Pese a la dramática situación de Italia, en Vo’ Euganeo un pequeño pueblo del norte, lograron controlar la enfermedad con fuertes medidas y el trabajo de especialistas.
La primera muerte en el país europeo se produjo el 21 de febrero y la víctima fue un ciudadano de esa localidad, Adriano Trevisan, de 77 años. La enfermedad también fue detectada en su amigo Renato Turetta, de 83 años, con el que jugaba a las cartas. Ambos estaban internados por tener pulmonía.
El alcalde Giuliano Martini ordenó la cuarentena en el pueblo. Prohibieron las actividades y cerraron todos los establecimientos, como bares, escuelas y comercios. Además dispuso que nadie pudiera entrar o salir sin permiso de la localidad, ubicada en la región de Véneto.
Instalaron un centro de análisis en la escuela para realizar pruebas y así poder determinar quiénes estaban infectados. Todos los habitantes se sometieron al test, a través de un kit que elaboró la Escuela de Medicina de la Universidad de Padua. Los resultados determinaron que estaban contagiadas 89 personas, a las que aislaron durante 14 días. La mitad de ellos eran asintomáticos.
Decidieron convertir al pueblo de Italia en un laboratorio, único en el mundo. Doce días después de los primeros exámenes volvieron a revisar a todos los habitantes y detectaron que solo quedaban ocho casos de coronavirus, y que seis de esos casos tenían relación con los anteriores. Todos los infectados fueron aislados.
Según la BBC, el virólogo italiano Andrea Crisanti es el que implementó los test masivos en el Véneto, que ayudaron a frenar los contagios en esa región. Dijo que logró demostrar que el período de incubación del virus es de dos semanas.
Además, que cualquier estrategia para contener el virus debe tener en cuenta el alto número de casos positivos asintomáticos. El modelo no se puede replicar en ciudades más grandes, aunque es posible controlar la difusión del virus a nivel barrial.
Dos semanas después de la muerte de Trevisan, el 8 de marzo, se levantó la cuarentena. Pero duró poco, ya que el 20 del mismo mes surgió un nuevo brote en el pueblo. Actualmente la localidad está preparada para hacer más de 10 mil pruebas diarias a personas que integran la población de riesgo.
