Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)
Cuando a cualquier argentino le hablan de una fotografía de un francés llorando… la primera imagen que se le vendrá a la cabeza será la de Kylian Mbappe. Sentado en el césped del estadio Lusail siendo reconfortado por un igualmente desconsolado Emmanuel Macron.
Pero no. La imagen a la que me refiero fue tomada más de ocho décadas antes de la epopeya qatarí. Y las circunstancias eran muy distintas al efusivo jolgorio del Campeonato Mundial. La toma fue publicada en la icónica revista Life en su edición del 3 de marzo de 1941. Fue meses después de que el ejército nazi ingresara en París desfilando al son de los acordes de la Marcha de San Lorenzo (años más tarde, y a modo de desagravio, el general Eisenhower la hizo ejecutar cuando el ejército aliado liberó la «ciudad luz»).
El documental de Capra
Algunas versiones indican que la foto (que muestra en primer plano a un hombre semicalvo de traje y dos mujeres vestidas de negro detrás, todos compungidos aunque el hombre evidentemente no puede contener el llanto) fue realizada aquel infame 14 de junio de 1940. Cuando miles de soldados nazis hasta el culo de metanfetamina pisotearon por primera vez las calles parisinas. Esta idea se basa, fundamentalmente, en que eso se afirma en el episodio III de la serie de documentales propagandísticos dirigidos por Frank Capra en 1943 «Why we fight» («Por qué peleamos»).
Pero lo cierto es que la versión es inexacta. Y si bien aquel triste episodio no fue el escenario de la imagen, bien podría decirse que fue el punto de partida. Firmado el armisticio entre el mariscal Wilhelm Keitel, en representación de la Alemania nazi, y el general Charles Huntziger en representación del gobierno de Pétain, se ponía fin a las hostilidades. Y se dividía en dos el mapa de Francia. La zona ocupada y el llamado Territorio Libre, que comprendía el sur del país, estaba gobernado por Pétain y tenía un fuerte perfil colaboracionista.

Y es que el artículo 3 del Armisticio era inapelable. «En las partes ocupadas de Francia, el Reich alemán ejercerá todos los derechos de una potencia ocupante. El gobierno francés se compromete a facilitar por todos los medios las reglamentaciones relativas al ejercicio de estos derechos. Y a ponerlos en práctica con la cooperación de la administración francesa. El gobierno francés invitará de inmediato a todas las autoridades y servicios administrativos en los territorios ocupados a cumplir con la regulación de las autoridades militares alemanas y a trabajar con estas últimas de manera adecuada».

La Marsellesa y Casablanca
Charles de Gaulle, que había establecido un gobierno en el exilio con sede en Londres, inmediatamente se declaró en contra del Gobierno de Vichy. Y proclamó la Francia Libre. Llamó asimismo a formar la Resistencia francesa. Varias colonias, especialmente las del norte de África, se unieron al llamado aun cuando la mayoría se quedaron sometidas a la administración de Vichy. Eran tiempos en que los versos de La Marsellesa cobraban una actualidad casi literal:
«Marchemos, hijos de la Patria, / ¡ha llegado el día de gloria! / Contra nosotros, de la tiranía, / El sangriento estandarte se alza. / ¿Oís en los campos el bramido / de aquellos feroces soldados? / ¡Vienen hasta vuestros mismos brazos / a degollar a vuestros hijos y esposas!».
Por esos días transcurre la historia de «Casablanca». Allí se puede advertir, algo caricaturizada, la organización política de las colonias francesas del norte de África. Territorios gobernados por delegados militares del régimen de Vichy. Corruptos y sin ningún compromiso ético o moral, cuya única preocupación es lamer las botas de los enviados del Tercer Reich. Ahh… y cobrar sobornos de donde se pudiera. La escena de la clientela del Rick’s cantando La Marsellesa es uno de los momentos más emocionantes de la historia del cine y el espectador responsable debe cantar a los gritos como si fuera «Muchachos».

Reunión en Marsella
Pues bien, salgamos del cine y volvamos a Marsella, en donde se va concentrando lo que queda de las tropas derrotadas. Resulta imperioso poner distancia con las fuerzas de ocupación, porque todos tienen la certeza de que la palabra de los nazis es menos confiable que el peso argentino.
El sentimiento patriótico, las muestras de apoyo de la ciudadanía y las encendidas arengas que De Gaulle emitía desde Londres lograban levantar la moral de los soldados que tomaban el camino del exilio para continuar la lucha contra el invasor en otro continente y al mando del General Maxime Weygand.
El reagrupamiento de los restos del otrora glorioso ejército francés se extendió hasta septiembre de 1940. Cuando los soldados con sus banderas y estandartes comenzaron a recorrer el boulevard La Canebière con rumbo al puerto se conformó un triste y silencioso desfile que rápidamente congregó a la población a despedir a la que tal vez fuera la última esperanza de liberarse del yugo nazi.

Un marsellés y la inteligencia artificial
En medio de esa multitud compungida se encontraba el protagonista que publicó Life con un pie de foto que informaba: «un francés derrama lágrimas de dolor patriótico mientras las banderas de los últimos regimientos de su país se exilian a África».
Poco es lo que se ha sabido de este hombre que lloraba por Francia. En su libro «Marseille sous l’occupation» («Marsella bajo ocupación»), la historiadora Lucien Gaillard afirma que su nombre era Jerôme Barzetti, un marsellés de origen italiano que vivió hasta 1976. Ningún otro dato se puede averiguar de nuestro amigo.
Incluso, una consulta realizada a uno de esos sitios de inteligencia artificial terminó humillando a esta novedad informática que tuvo que reconocer que «hasta mi última actualización en septiembre de 2021, no tengo información sobre una persona llamada Jerôme Barzetti en mi base de datos. Es posible que sea alguien que haya ganado relevancia después de esa fecha o podría ser un individuo poco conocido. Si tienes más detalles o contexto sobre quién es Jerôme Barzetti y por qué es importante, estaré encantado de ayudarte en la medida de mis posibilidades». Actualizate más seguido ChatGPT botón.

La famosa fotografía, que inclusive ha sido «homenajeada» en un capítulo de los Simpsons («Marge contra los solteros, adultos mayores, parejas sin hijos, adolescentes y gays», de la 15ª temporada), es atribuida a George Mejat, de la agencia Movietone News/AP. y fue tomada de un cuadro de una filmación realizada por Marcel De Renzis. En la actualidad forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.
Jerôme llora por sus soldados, por Francia, por la Europa sojuzgada, por su generación que no supo detener al invasor y por la siguiente, que deberá recuperar lo perdido. Hay en sus lágrimas tristeza y esperanza. La tristeza y la esperanza de toda una nación.


