Tito es uno de los tantos animales rescatados por ADMA -Amigos del Mejor Amigo– que busca una segunda oportunidad. Cuando llegó a la organización, sus ojos reflejaban el deseo de tener a alguien que lo ame y lo cuide. Nadie conoce con certeza su historia, pero su comportamiento evidenciaba un pasado difícil.
«Tito llegó con los ojos llenos de esperanza, se escondía en un rincón y gruñía si intentábamos tocarlo. Su desconfianza era su escudo y a la vez su encubierto deseo de dar y recibir cariño”, contaron desde ADMA. Frente a esa actitud, los voluntarios decidieron darle su espacio, no forzarlo y darle lo que más necesitaba: tiempo, paciencia y amor sin condiciones.
“Nos sentábamos cerca sin invadirlo, le hablábamos suave, le dejábamos comida. Solo lo esperábamos…Hasta que un día, tímidamente, acercó su hocico a una mano extendida. Fue solo un roce, pero significó el mundo”, relataron.
Hoy Tito es un perro completamente distinto. “Es dulce, sociable y súper agradecido. Solo necesitaba amor para volver a brillar”, señalaron desde la asociación.
Ahora, Tito está listo para dar el siguiente paso: encontrar una familia que lo quiera para siempre. Desde ADMA sueñan con que ese hogar llegue pronto. “Queremos que viva donde el miedo no vuelva, donde el amor sea constante”, expresaron. Él ya hizo su parte, ahora le toca al destino acercarle a las personas que lo elijan para siempre
Quienes quieran adoptarlo pueden comunicarse con la organización a través de sus redes sociales haciendo click aquí.
