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Restricciones que no se cumplen y controles que no se hacen: un combo peligroso

Restricciones que no se cumplen y controles que no se hacen: un combo peligroso

Desde la hora 0 de este viernes comenzaron a correr las nuevas restricciones en tiempos de segunda ola de pandemia. La medida fue decretada a nivel nacional y adoptada por la provincia de Córdoba y la ciudad de Alta Gracia en forma parcial.

Las novedades acerca de las restricciones fueron dadas a conocer por todos los medios. Pero pareciera ser que eso no fue suficiente para que se enteraran algunos empresarios de la noche. Los mismos que durante todo este tiempo de prohibición de bailes, lo permitieron en sus establecimientos.

Anoche, la desde hace mucho polémica PUNTO LÍMITE volvió a ser noticia por infringir las normativas. Aún sabiendo que corrían las restricciones, abrieron el boliche a la medianoche. O sea, lo abrieron a la hora que el decreto indica cerrarlo.

Así promocionó en su redes sociales Punto Límite su fiesta de anoche.

Música bien alta y gente entrando, saliendo y transitando por los alrededores hasta la madrugada fue el común denominador de lo sucedido anoche en esta confitería. Total y absolutamente fuera de las normativas vigentes, y que los demás empresarios del rubro acataron.

Pero si infringir las normas es grave, más grave aún es que el Estado (obligado por la misma normativa a ser el contralor), no cumpla con sus funciones. Vecinos de Punto Límite denunciaron a AGNoticias que se comunicaron con personal de Seguridad Ciudadana, y que ningún móvil se hizo presente en el lugar.

Si concurrieron o no concurrieron a controlar, este medio no pudo corroborarlo. Pero de acuerdo a lo que se apreció, si fueron, evidentemente no les hicieron mucho caso.

Podremos discutir un decreto está bien o está mal, si nos gusta o no. Si nos hace bien o mal al bolsillo o a la salud. Podemos coincidir o disentir con las reglas establecidas. Pero algo queda claro: a las leyes y normas, hay que cumplirlas; y si no, presentar alternativas válidas y realizables para cambiarlas. Y esto vale tanto para infractores como para quienes deben controlar y no lo hacen. Si no, la ley terminará siendo una triste letra muerta.

nakasone