El sentido de las calles en algunos barrios de la ciudad fue motivo de controversia entre los vecinos. Como toda medida, tuvo el beneplácito de unos y la protesta de otros.
En el caso de cambio de sentido de las calles de barrio Residencial El Crucero, ayer se dio una circunstancia bastante particular cuando una vecina (comerciante de la zona), de nombre Paola González, reclamó a viva voz durante la presentación de las reformas de Avenida Libertador.
En la oportunidad, la mujer expresó que sus reclamos se debían «a que nunca fue escuchada y que nadie le dio una solución a sus pedidos». Y además, hizo referencia un concejal que supuestamente no la habría atendido como es debido a la hora de los planteos.
Al respecto, desde el ámbito del Concejo Deliberante se explicó que la mujer ya había concurrido al recinto el día 31 de marzo. Allí, se le había explicado todo el proceso que derivó en el cambio de sentido de circulación en las calles del barrio; y que la solución a sus planteamientos excedía al Concejo Deliberante. Que el órgano legislativo, si bien había votado la medida y la había aprobado por unanimidad de sus nueve miembros, fue el último paso de un estudio de situación que realizó la Universidad de Villa María junto a distintos estamentos municipales y a los propios vecinos del barrio.
Igualmente, ayer quedó reflejado que toda medida suele ser controversial. El reclamo de esta comerciante seguramente suma a otros vecinos, mientras que otros tantos están conformes con la nueva diagramación. La señora quiso hacerse escuchar, y lo logró. Y es bueno que el vecino se exprese, siempre que sea en los carriles del respeto, y que obtenga respuestas en el mismo tono.
