AG Noticias
Platea preferencial

Problemáticas ambientales en el cine: hablemos de Avatar y de La princesa Mononoke

Por Belén Montoya – Platea preferencial es una columna pensada para hablar de cine. Saliendo del lado formal de AGNoticias, la columna se propone a recomendar películas, comentar films y a brindar «datos color» de actrices y actores pertenecientes a Hollywood, cine argentino y cine independiente. En esta ocasión, hablaremos de Avatar y la Princesa Mononoke, dos films que hablan de problemáticas ambientales en la pantalla grande.
Alerta spoilers: si no viste estas películas y queres hacerlo… ¡Volve más tarde!
Primer punto clave: las tramas

Avatar (2009) se desarrolla en el año 2154, donde los recursos naturales de la Tierra casi se han agotado gracias a la humanidad, lo que resulta en una grave crisis energética. Los humanos se ven obligados a rastrear un nuevo recurso para ayudar a salvar la especie y encontrar un valioso mineral conocido como unobtanium en Pandora, una luna que es el hogar del pueblo Na’vi. La historia de Avatar sigue al ex marine Jake Sully mientras se familiariza con la cultura y la gente Na’vi. Eventualmente elige ponerse del lado de ellos después de enamorarse de Neytiri y ayuda a luchar contra los humanos que están devastando Pandora. A lo largo de la totalidad de la película, los temas del imperialismo y el ambientalismo están presentes. Por otra parte, está La princesa Mononoke (1997), la clásica película animada de Studio Ghibli sigue a un joven príncipe llamado Ashitaka mientras se convierte en parte de una guerra entre los dioses de un bosque y los humanos que limpian continuamente la vida vegetal para usar los recursos. Ashitaka ayuda a una mujer llamada San a luchar para detener a los humanos y curar el bosque.

Como se aprecia desde el segundo cero, ambas películas apuntan a hacer una crítica a las problemáticas ambientales. A continuación, veremos los puntos principales de cada largometraje. 

Las críticas en cada film

Bueno, como dije anteriormente, ambas películas apuntan a hacer una crítica a las problemáticas ambientales. Sin embargo, lo hacen de modos muy diferentes. En mi opinión, La princesa Mononoke toma un camino más espiritual, para que el espectador sienta el desdén y la crueldad que el ser humano tiene con el bosque. Es muy sencillo conectar con esta película, con los protagonistas. Es tan profundo todo, que entendemos porqué duele tanto el maltrato hacia la naturaleza. Además, la historia está contada con mucho cuidado para que todos los públicos se sientan interpelados por el mensaje.

Si bien la crítica en Avatar es similar en cuanto a temática, es muy diferente en su ejecución. La empatía se genera a través de Jake, el protagonista. Al principio él se adentra en un mundo desconocido y como público somos parte de eso. A lo largo del tiempo, él se va enamorando de Pandora y nosotros somos espectadores de ese enamoramiento. De ahí surge la necesidad de Jake de proteger el lugar, de su amor reciente al sitio. En este punto, Avatar me parece un tanto más humana. No tiene un gran grado espiritual, pese a que la trama se esfuerza por resaltar rituales y tradición. Pero todo nace y acaba en un grupo de humanos intentando hacer algo bueno.

Avatar: La película más taquillera del 2009

Un punto clave a destacar, es el éxito que tuvo Avatar en taquilla. El director James Cameron logró destronarse a sí mismo, quitándole el récord de la más taquillera a la emblemática Titanic (1997). Algo que me parece sumamente meritorio de Avatar, son los efectos especiales. Incluso, considero que esta película fue un boom en la pantalla grande por eso. Es innegable el gran trabajo que hay detrás de los Na’vi, de modo que parece hasta un largometraje actual. Ni hablar de las locaciones y la composición de los colores. Los premios entregados en 2010 no dejaron de alabar este gran trabajo, lo cual se me hace justo. Dicho lo bueno, tengo que confesar que la trama se me hizo muy cliché. Como digo, pienso que el éxito del film se debe a su gran puesta de escena, más el fuerte no está en la historia. Eso de un grupo de personas rebeldes intentando salvar algo que la misma humanidad ha roto… Digamos que ya vimos muchas películas con esa premisa.

‘La princesa Mononoke tuvo que correr para que Avatar pudiera caminar’

Si bien es de humor, esta frase se me hizo muy atinada. La vi en Letterboxd, justamente en una reseña de La princesa Mononoke. Apenas Avatar vio la luz del sol, muchos críticos objetaron el parecido entre ambas películas, diciendo que Avatar era un plagio y una idea poco original. Personalmente, yo coincido que es una idea poco original la de la trama, pero no me parece un plagio como tal. Sin duda alguna, se nota la inspiración del film en La princesa Mononoke, pero también hay que reconocer que el film japonés es pionero en hablar de estas temáticas. La princesa Mononoke simplemente se siente orgánica, dinámica y habla de problemáticas ambientales de una forma contundente. Es un mensaje fuerte que no es metido en la cabeza de los espectadores de manera agresiva, pero si de forma tajante, con imágenes descriptivas y personajes bien logrados. Con dos antagonistas ambiciosos e ignorantes. Creo yo que dejó la vara altísima, y en ese sentido Avatar no pudo hacer más que inspirarse. Nunca estuvo ni cerca de superarla.

¿Vale la pena ver estas películas? – Por Belén Montoya

Absolutamente sí. Ambas. Como mencioné anteriormente, Avatar no tiene la trama más original, pero si tiene una fotografía, composición y puesta en escena digna de admirar. Además, pese ser una historia cliché, el mensaje sigue siendo poderoso y funciona bien. Como quien diria, es ‘la vieja confiable’. En cuanto a La princesa Mononoke, los dibujos animados de Studio Ghibli siempre son hermosos, un clásico para quienes crecimos en los 2000. La historia que plantea esta película se me hizo pionera para muchas que vinieron después y no sé si alguna ha llegado a superarla realmente. Pienso que ambas películas son buenas y dejan una bajada de línea ambiental sólida. Avatar tiene una duración de 162 minutos y La princesa Mononoke de 133 minutos.

nakasone