Hoy arrancamos la versión de “La Noche de Alta Gracia” presentando lo que es un lugar para almuerzo y cena absolutamente familiar: Pepenero, parrilla-restaurant.
Las opiniones recolectadas sobre este sitio fueron verdaderamente variadas. Extremadamente bueno para algunos, y extremadamente malo para otros; por lo que abiertamente recomendamos ir y vivir la propia experiencia. Sin embargo, sí hay puntos concordantes entre los comensales, y los vamos a detallar.
“Comida abundante y riquísima, sabor a casero”, “exquisita”, “platos abundantes y sabrosos” son solo algunos de los halagos que recibe este lugar. Estamos frente a un espacio gastronómico donde las porciones llenan por los ojos: linda presentación, mucho y sabroso, que es lo más importante. Sin embargo, cabe destacar que ciertas veces pecan de sobre condimentados.
Pastas, parrillas, minutas, variedad de pescados, son los integrantes de la carta fija, sumado a las “recomendaciones del día” que sorprenden al que las ordena. Buena variedad de vino, y postres tradicionales. Los precios son razonables y van de la mano con la clase de comida que sirven.
La ambientación no es el punto fuerte de esta parrilla. Baños sin fácil accesibilidad ni buena ubicación, mesas muy cerca de la parrilla lo que genera una incomodidad al cliente por el calor, sin buena vista y un tanto oscuro. Aun que también, muchos lo pueden interpretar como parte de la ambientación tipo “bodegón añejo” que pretende el dueño.
Valor muy destacado: la atención. Mozas con amigable predisposición, que generan un clima ameno y agradable; pero en ciertas ocasiones son pocas, para la cantidad de clientela que convocan. Además el dueño está constantemente trabajando en el área de la parrilla, a la vista de todos, haciendo más acogedora la salida.
Sin dudas un lugar para no perderse y dejarnos su opinión.
