AG Noticias
Actualidad Salud

Nuevos casos de sarampión en el país: ¿Qué debemos hacer para prevenir el contagio?

Debido al alto riesgo de transmisión, la Secretaría de Salud, Desarrollo y Equidad Social recomienda a la población consultar al médico en forma inmediata en caso de fiebre alta y exantema (erupción cutánea).

Para evitar la circulación viral del sarampión o rubeola, se recomienda mantener actualizado el carné de vacunación.

De 12 meses a 4 años, los niños y niñas deben recibir su primera dosis de vacuna triple viral (contra sarampión, rubeola y paperas).
Los mayores de 5 años, deben verificar en su carné que hayan recibido dos dosis de triple viral.
Por otro lado, las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse. Se consideran inmunizadas por la circulación natural de la enfermedad durante su infancia.

En caso de no tener las dosis completas, es importante acercarse a los vacunatorios de los Dispensarios de la ciudad.

¿Qué es el sarampión?

El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa. A pesar de que existe una vacuna que la previene, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad infantil. Aunque la cobertura global de vacunación ha mejorado mucho, según la Organización Mundial de la Salud en 2017 aún se produjeron casi 110.000 muertes en todo el mundo. En su mayoría, niños menores de cinco años.

Esta brecha en la vacunación y el resurgimiento de los brotes se debe al declive de los Programas Ampliados de Vacunación y de los sistemas de vigilancia epidemiológica (en parte debido a la falta de fondos) y a la debilidad de los sistemas de salud en los países sin recursos. A ello se añade el agravamiento de los desplazamientos de población por culpa de los conflictos y la violencia.

¿Cómo se transmite el sarampión y qué síntomas tiene?

El sarampión está causado por un virus que se transmite a través de las gotas de saliva cuando tosemos, estornudamos o tenemos contacto personal cercano.

Los síntomas, que aparecen entre 8 y 13 días después de la exposición al virus, son:

  • Rinorrea
  • Tos
  • Infección ocular
  • Erupción cutánea
  • Fiebre alta

Los casos graves son más frecuentes en niños pequeños desnutridos, especialmente aquellos con insuficiencia de vitamina A o con un sistema inmunológico debilitado por el VIH/sida u otras enfermedades.

Es una enfermedad que puede complicarse fácilmente, con infecciones de oído, ceguera, neumonías, diarrea severa y deshidratación, desnutrición o encefalitis (inflamación del cerebro), que son más comunes en los niños menores de 5 años o en adultos mayores de 20. En caso de epidemia, en poblaciones con elevados niveles de desnutrición y falta de atención adecuada, hasta un 10% de los enfermos pueden morir, y en la mayoría de los casos será debido a algunas de estas complicaciones.

¿Cómo se diagnostica y cómo se trata el sarampion?

El diagnóstico es esencialmente clínico, pero también puede confirmarse con pruebas serológicas, algo imprescindible para confirmar si se trata de una epidemia.

En cuanto al tratamiento, no existe uno específico. Deben tratarse los síntomas y prevenir las complicaciones, así como aislar a los pacientes para frenar la propagación. Se administran suplementos de vitamina A (reducen la mortalidad a la mitad) y tratamiento para las complicaciones oculares, la estomatitis (una infección vírica bucal), la deshidratación, las deficiencias proteicas y las infecciones de las vías respiratorias. La mayoría de los enfermos se recuperan en dos o tres semanas. Sin embargo, en la fase de convalecencia tienen un riesgo mayor de padecer otras enfermedades como desnutrición o infecciones respiratorias.

Fuente: Médicos sin fronteras

nakasone