Mariano Llinás es un director, productor, guionista y actor argentino. En diálogo con AG Noticias, Mariano contó más detalles del tiempo y la elaboración que llevó el guion de Argentina, 1985.
No es ninguna novedad afirmar que el cine argentino tiene una calidad intachable. En las últimas semanas, ‘Argentina, 1985’ ha resonado en la crítica del público y ha obtenido récord de vistas en las salas de todo el país. AG Noticias dialogó con Mariano Llinás, guionista del film, quién profundizó acerca del trabajo que fue hacer semejante película que retrata el Juicio a las juntas.
En primer lugar, Mariano destacó que el guion se comenzó a elaborar hace alrededor de cinco años. En ese momento, Llinás estaba trabajando con Santiago Mitre -el director de Argentina, 1985- en otra película diferente. «Para mí fue un guion muy difícil de hacer porque hay muchos elementos condicionantes. Hay muchas cosas que pueden limitar: está basada en hechos reales, muchos de los personajes están vivos, toda la gente tiene una opinión sobre eso. Eso es algo que en general no pasa con las películas. Así que fue un trabajo muy arduo.»
El guionista también explicó que lo más difícil fue encontrar un tono que estuviese a la altura de lo que la gente pretendía, y que al mismo tiempo fuese personal. «Cuando encontramos el tono ya empezamos a escribir, y fue todo más cómodo. Buscábamos sentirnos libres como haciendo otras películas. En este caso, es una película grande y el guion tenía que ser trabajado.»
Un momento clave en la elaboración del guion, fue cuando lograron incorporar el humor al relato fílmico. Según expresa Mariano, la comedia en una historia tan fuerte, dio una sensación de libertad en la escritura de la obra.
Otro punto fuerte que tiene el largometraje, son las actuaciones impecables. Si bien Mariano Llinás no conocía a Ricardo Darín, contó que es un actor muy especial a la hora de leer los guiones. «A diferencia de otros actores, que de pronto eligen por su importancia dentro de la trama, Darín es un actor que tiene otra manera de leer los guiones, que tiene otra lógica. Es muy agudo, es muy inteligente, es muy analítico a la hora de pensar porque participar en una película, porque no. Está más allá de su propia vanidad. Así que cuando todos los actores dieron el visto bueno, les pareció bien y todo eso, me dio la impresión de que había algo en lo que habíamos acertado.»
La importancia de narrar una historia sobre la democracia
Si bien la película habla mucho sobre la dictadura, Mariano aclaró que en realidad el film habla de la democracia. Desde este punto, la película alcanza un tinte emotivo desde el momento en que uno se emociona. «Lo primero que hicimos fue pensar un objeto que tuviese la suficiente particularidad como para emocionarnos a nosotros. Algo que fuese sincero, que no estuviese atado a un montón de prejuicios. Algo que fuese nuevo, en una película que daba para ser una más. Creo que si la película causó emoción fue porque en principio nos causó emoción a nosotros. Y la mirada sobre cuestiones de la historia reciente era genuina y no estaba dictada por el cliché.»
Finalmente, Mariano hizo un análisis acerca de su participación en Argentina, 1985. Lo primero que aclaró el guionista es que el viene de un lugar cinematográfico de cine independiente. Por ende, la pre nominación de la película a los premios Óscar le resulta ajena. «Me es ajeno, casi divertido. Como ir a una fiesta de disfraces. Como una anécdota divertida para contar.. Creo que para la película puede ser otra cosa. Creo que para la película puede ser muy importante en términos generales, porque va a significar que va a ser un film que se va a recordar para siempre. Y eso no es poco. Saber que una película va a ocupar su lugar en la historia de las películas argentinas, es muy gratificante. Pero bueno, es un camino muy todavía.»
Por otro lado, Llinás comentó que trabajó con Santiago Mitre en toda su filmografía. Por eso, pese a la magnitud de la película, estaba familiarizado con el trabajo de escritura. «Eso es lo lindo que tiene escribir guiones, que uno no tiene una presión especial a la hora de pensarlo. En definitiva éramos dos personas en una habitación pensando cosas, teniendo ideas. Y eso no se pierde. Creo que el hecho de no haber perdido nunca esa particularidad y esa sencillez hizo que la película resistiese a las presiones.»
«Es un gran mérito de mitre no haberse dejado abrumar por el tamaño. De algún modo uno siempre debe privilegiar cierta sencillez, y saber que en definitiva es una película. Que uno la tiene que encarar con la misma diversión con la que se encara una comedia, o cualquier otra.»
