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Crónicas al Voleo

La mujer que se adueñó del sol

La mujer que se adueñó del sol
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

La perito judicial María Ángeles Durán, un día de 2010, concurrió a la oficina de un notario (por aquí los conocemos como escribanos) y obtuvo un acta, de carácter oficial, que la declaraba –atención– dueña del sol. Más precisamente «propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra dentro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de unos, 149 millones 600 mil kilómetros aproximadamente».

El documento agregaba que «la adquisición de la propiedad referida constituye una aprehensión electromagnética y radiactiva, al no existir ni conocerse en cinco mil millones de años propietario alguno hasta la fecha».

Hace algún tiempo nos habíamos ocupado del caso de Dennis Hope, que había registrado la luna a su nombre (https://www.altagracianoticias.com/el-dueno-de-la-luna/). Esta funcionaria gallega, natural de la ciudad de Vigo, se enteró de este asunto y, haciendo honor a la fama de exagerados que en nuestro país se le ha otorgado a los originarios de Galicia, fue por más.

Conocedora de la ley

Durán explicó en su momento que se basaba en un vacío legal en el Tratado del Espacio Ultraterrestre, que establece que ningún país puede apropiarse de los planetas. Afirma que esa cláusula afecta a los Estados, pero no incluye a los particulares, según su particular interpretación.

Por otra parte, se ha basado en la usucapión, que permite hacerse con el derecho real de aquellos elementos de los que se ha disfrutado durante un tiempo. Concretamente, esa palabra se traduce como «adquisición de una propiedad o de un derecho real mediante su ejercicio en las condiciones y durante el tiempo previsto por la ley». Y Durán, como todas las demás personas, llevaba décadas beneficiándose a diario de los rayos del Sol.

«Conozco la ley y respaldé mi reclamo legalmente –expresó Durán–. Lo hice, pero cualquiera pudo haberlo hecho. Simplemente, a mí se me ocurrió primero. Cuando tienes una propiedad, tiene sentido hacer uso de ella. Las empresas eléctricas se benefician de los ríos, que son de todos, así que espero aprovechar el Sol», dijo en su momento la «emprendedora».

Un lotecito en el sol

Por supuesto que la expresión de poder aprovechar el Sol llevaba implícito su primer (¿y único?) objetivo: vender parcelas del astro rey. ¡Y las vendió! A través de la plataforma eBay consiguió mil compradores deseosos de hacerse de una quintita en la estrella de nuestro sistema solar. Finalmente la plataforma bloqueó la oferta y Durán los demandó por diez mil Euros.

Un juzgado de primera instancia de España dio trámite al reclamo. Sin embargo acabó desestimando el caso argumentando que el Sol no puede ser apropiado legalmente por un individuo y, por lo tanto, no puede ser objeto de una transacción comercial.

El fracaso judicial no amilanó a María Ángeles. En una entrevista a La Voz de Galicia sostuvo que se había reunido con el Ministro de Industria para imponerlo sobre su situación. Y hacerle saber que estaba en condiciones de cobrar un canon a todo aquel que utilizara la energía solar. Sin embargo aclaró que no pretendía cobrar un impuesto a los ciudadanos sino que se centraría en las generadoras eléctricas. Medios como The Telegraph, Clarín, Time, CBS News, The Washington Post o Daily Mail reflejaron en sus páginas los dichos de la mujer.

Juicios en contra

Pero María Ángeles Durán también debió concurrir a Tribunales porque fue demandada en su calidad de «propietaria» del Sol. Manuel Sieira, residente de Ribeira, localidad ubicada a orillas de la Ría de Arousa, en Galicia, anunció una demanda contra Durán por las lesiones que le provocó la luz solar. «Tengo ojos rojos y quemaduras, fui a urgencias, tengo fotos para probarlo. Intentaré llegar a un acuerdo con ella o iré por el juzgado, no me importa pagarle mil euros a un abogado», expresó a La Voz de Galicia.

«Es gente que tiene pocos conocimientos de Derecho –expresó María Ángeles– creen que me pueden reclamar, pero el sol no es el culpable del cáncer, es la contaminación que destruye la capa de ozono. Por la misma lógica, yo podría pedirles compensaciones por los alimentos que comen o por el calor que disfrutan en las playas». Finalmente Sieira desistió de la demanda.

El grito de Tarzán

Pero ese no fue el único negocio que emprendió esta mujer. Un buen día decidió registrar… el grito de Tarzán. No cualquier grito, sino el más famoso, el que fingía hacer el rumano – norteamericano Johnny Weissmüller al inicio de la serie de la década de 1940. Aquel Tarzán de la polémica relación con Chita y Jane.

Sin lugar a dudas Durán no estaba anoticiada del durísimo pleito judicial que enfrenta a los herederos de Edgar Rice Burroughs (creador del personaje) y la Metro-Goldwyn-Mayer por adueñarse del famoso grito. Weissmuller solía decir que inventó su inconfundible alarido inspirado por los cantos tiroleses, a los que fue muy aficionado en su infancia. La MGM afirma que amplificó el grito del actor con varios sonidos de animales. Una tercera teoría sostiene que el estudio echó mano a un tenor para obtener el célebre alarido.

Otros emprendimientos

«¡Viva el sol de la mañana! / ¡Viva el sol!, / grita el pájaro en la rama. / Y el campesino le canta: / ¡Viva el sol! / Y el naranjito agobiado / de naranjas: ¡Viva el sol!  / Y el tejado de la casa: / ¡Viva el sol!  / Y el caballo que lo siente, / tibia yerba, en la garganta: / ¡Viva el sol! / ¡Viva el sol! le sube el río, / y la bandera que pasa: / Viva el sol! /  Toda la tierra es un ¡Viva! / el mundo todo, una selva: / ¡Viva el sol!»

Lejos de los versos de Rafael Alberti, María Ángeles Durán, que también ha presentado la partitura más larga del mundo y formó parte de una de las ediciones del Master Chef italiano, sigue valorando al astro rey por sus posibles réditos económicos y si le fuera posible volvería a la escribanía para repetir el acta notarial que le dio fama. «Si volviese a nacer volvería a declararme dueña del Sol sin dudarlo».

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