AG Noticias le da la bienvenida a una nueva sección que buscará contar las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. Hoy dialogamos con Conrado quien se recibió de Ingeniero Mecánico en la Universidad Nacional de Córdoba y la de Salerno en Italia. Actualmente vive en este país hace cuatro años y trabaja en una importante empresa automotriz en Torino. Nos cuenta sus vivencias y el proceso educativo en el extranjero. El testimonio de un profesional altagraciense viviendo en esta parte del continente europeo.
AG Noticias le abre sus puertas a una nueva sección en nuestro portal informativo bajo el nombre «Altagracienses por el Mundo». Un espacio dónde buscaremos acercarles a los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y que ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más al altagraciense Conrado Pacheco Gorge.
Conrado transitó su niñez y escolarización en Alta Gracia y puntualmente sus deseos por viajar y conocer el exterior emergieron mientras se encontraba cursando su carrera en la universidad. La curiosidad de estudiar y vivir afuera solo se acrecentaron durante el transcurso de su formación en la facultad. Institución en la que conoció a dos amigos italianos que habían venido a Córdoba de intercambio.
«No me fui porque no me gustase vivir en Argentina. Me encontraba bien, estaba terminando la carrera y trabajando de lo que estaba estudiando. Pero desde hace un par de años me interesaba hacer una experiencia afuera. Siempre me llamó la atención eso de estudiar afuera y vivir en otro lado. En mi facultad estaba la opción para hacer el intercambio, yo me inscribí para probar y al final quedé”.
Llegó a Italia a finales del 2018 y en este sentido, son ya casi cinco años los que está viviendo en este país. Primero vivió en Salerno cuando estudiaba y luego se mudó a Torino. «En Salerno una ciudad al sur de Italia, cerca del mar, más chica con 130 mil personas con una vida un poco más de pueblo y después vivo hace dos años en Torino. Es una ciudad un poco más chica que Córdoba, no llega al millón de habitantes, sin mar, con mucha universidad y trabajo».
Otro de los lugares en el mundo que visitó y conoció recientemente es China, sitio al que viajó para trabajar allí por un mes aproximadamente.
Pandemia del Covid-19 en Europa
Brevemente comentó que para cuando inició la pandemia, había vuelto a Argentina justo un mes antes mientras todavía estaba estudiando. Luego agregó que al regresar a Italia, afortunadamente se le hizo bastante llevadera debido a que tuvo la suerte vivía con unos chicos con los cuales estudiaba, los cuales eran de distintas provincias de Argentina y se habían hecho muy amigos.
«Sobrellevar la pandemia con ellos fue mucho más fácil porque vivíamos juntos y al ser del mismo país, las costumbres eran más o menos las mismas. Por suerte nos bancábamos mucho entre nosotros ya que éramos como una familia. Hoy en día ya no hay protocolos para nada e incluso no te piden nada para viajar».
Doble titulación en las universidades de Córdoba e Italia y su trabajo como Ingeniero Mecánico
Conrado se recibió como Ingeniero Mecánico con una doble titulación de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Salerno. Estudió prácticamente la mayor parte de su carrera en Córdoba y después vino e hizo un año y medio en Italia.
A continuación explicó que cuando apenas se recibió, encontrar trabajo al principio no fue nada fácil. «Trabajé seis meses en una pizzería y la verdad que me sirvió para poder recuperar parte de los gastos y ahorrar algo. En Alta Gracia tuve dos trabajos relacionados con la ingeniería, pero en áreas más relacionadas a dibujo técnico o cálculo, otros los sectores».
Actualmente trabaja en una empresa automotriz en un sector llamado ‘automotive’. Particularmente trabaja con autos eléctricos y en la parte del software que les colocan a los mismos. «Cada auto tiene distintos componentes, a cada uno de ellos se les mete un programa para ver que funcione. También nos ocupamos de verificar que todos esos programas funcionen. Estamos en una parte llamada validación o test. Les hacemos pruebas a los autos que pueden ser físicas o en computadora».
El proceso educativo en el extranjero
Estudiar en el extranjero siempre representa un verdadero desafío, aunque el joven animó a que todos, si la oportunidad se presenta, lo hagan.
«Es muy interesante y está bueno que se conozca. La idea es tener un diploma que provenga de dos universidades. Los convenios dependen. En el caso de Córdoba los convenios son con el politécnico de Torino y con la Universidad de Salerno, o al menos cuando yo apliqué. Por ejemplo, en ingeniería consta de hacer cuatro años en Córdoba y el último año en la universidad ubicada en el extranjero«.
Nuevamente remarcó el hecho de que es muy fascinante vivir esta experiencia y aún más cuando uno es bien recibido en otro país gracias a una institución tan prestigiosa como lo es la universidad. «La universidad siempre está buena de esa forma porque conoces gente, compañeros, estudias algo que te gusta o te interesa. También nosotros tuvimos cursos de italiano, lo que nos ayudó a aprender mejor el idioma».
Trabajo y vivienda en Italia
El altagraciense afirmó que conseguir trabajo es algo que siempre lleva tiempo pero que no es imposible. Para ello pone de ejemplo su situación trabajando en una pizzería primero y no de lo que verdaderamente estudió. «Era un trabajo un poco regulado porque si de casualidad cerraba por las normas del Covid, me quedaba sin trabajar y sin plata. Era una desventaja, pero lo bueno fue haber podido trabajar un tiempo, pagar mis cosas, ahorrar«.
Después, en el mes de diciembre pudo conseguir un trabajo de lo que había estudiado gracias a un profesor con el que hizo la tesis en la Universidad de Salerno. Él fue quien le envió su currículum a una empresa que lo llamó, entrevistó y por suerte logró quedar para el puesto.
«En general, me han tratado bastante bien. Han sido buenos tanto a nivel de condiciones que me han dado en el contrato como a nivel humano en cuanto al trabajo«.
En relación a la vivienda contó que los primeros meses, vivió en una residencia universitaria. Se trata de un lugar de alquiler compartido con otros estudiantes. «Tenía un precio bastante accesible, costaba alrededor de 200 euros en ese momento. Era una casa muy linda».
Más tarde se mudó cerca del centro y de la ciudad de Salerno, donde residió con otros chicos argentinos. «Estuvo muy bueno porque teníamos una casa bastante grande, éramos muchos. De todas formas, como nos dividímos, era un poco más caro pero a un precio que podíamos pagar«.
Al recibirse todos ellos, su etapa de estudiantes llegó a su fin y cada uno comenzó a irse por su cuenta. «Nos fuímos a aquellos lugares en donde conseguimos trabajo. Yo me vine al norte y viví durante un año con otros chicos italianos. Había mucho para alquilar hasta que encontré un departamento lindo con estas personas. Ellos eran muy respetuosos.
En el último año casi, empecé a vivir solo. Es un poco más caro y hay que tener cuidado con los gastos. En Torino los alquileres todavía están accesibles pero hay otras ciudades como Milán o Bolonia que son muy caros. En Torino uno puede vivir en una casa linda y cerca del centro».
¿Cualás son las cosas que más te han gustado hasta ahora y que experiencias te marcaron?
Sean cuales sean nuestros intereses personales, Italia es un país que nunca, nunca es indiferente. Sobre esto último, Conrado sostuvo que la vida italiana es bastante parecida a la argentina.
De este modo, enumeró lo siguiente: «Creo que también son muy lindos los paisajes porque cuando te vas de vacaciones por acá es todo muy lindo. La comida es muy buena. La posibilidad de tener lugares tan cercanos para conocer. Otra cosa que me gustó particularmente en mi caso y en mi profesión, es que de mi ámbito hay mucho en Italia y eso es genial«.
Aquí fue también donde vivió un sinfín de experiencias. Entre ellas el irse de la casa de sus padres, vivir solo en otro país con otros compañeros de universidad que no conocía y estudiar en el extranjero con un idioma completamente distinto.
No obstante señaló que todo esto le dio mucha independencia en cuanto a que gran parte de las cosas debió de aprender a resolverlas solo. «Tengo que tratar de ser bien resolutivo con ciertas cosas. Lo mismo, nunca he llegado a estar solo del todo porque acá siempre hay amigos, compañeros de universidad y del trabajo que te pueden llegar a dar una mano. Pero uno se las tiene que arreglar más solo que en Argentina».
La vida en la ‘bella‘ Italia: Idioma, comida, clima y trato desde la perspectiva de un altagraciense
Conocer Italia es un placer, porque cada región, e incluso cada pueblo, tiene su propia personalidad, que va desde la comida hasta dialectos propios.
De esta manera, sobre los aspectos que hacen a la vida en este país, el altagraciense comenzó hablando primero de cómo se llevó con el idioma. «Ahora lo hablo bien y súper fluido. Quizás todavía meto palabras argentinas cuando hablo en italiano, pero muy completo creo que lo puedo hablar. Han pasado muchos años y yo siempre he estado metido o he tratado de meterme en ambientes donde se hable mucho en italiano y eso me ayudó mucho».
Además, del clima declaró que el invierno es bastante más fuerte de lo que es en Argentina. «Por ejemplo, en Torino puede nevar, aunque quizás como es ciudad no nieva tanto, pero vas a un lugar afuera y seguro te encontrás con mucha nieve».
Por lo que se refiere a la gastronomía en Italia expresó que es buenísima y se come muy bien. «Acá tienen una gran cultura de la comida, son re fanáticos y tienen mil platos típicos que varían de región en región. He comido platos que realmente me sorprendieron».
Para finalizar, al trato que recibió como argentino por parte de los italianos lo calificó como muy bueno. Llegando al punto de bromear con ellos, contarles cosas de nuestro país, hacerles conocer nuestra música, expresiones típicas y comida.
«No me ha tocado de cruzarme gente que me discrimine, aunque las hay, pero en general me han tratado bien. Sobre todo, en Torino que es una ciudad más grande y con un poco más de diversidad. Se nota que es una ciudad que está más preparada para recibir a gente de diversos lugares del mundo y no solo de Latinoamérica».
Lecciones aprendidas y consejos para aquel que decida emigrar
Por otro lado, Conrado se refirió a todas aquellas lecciones que fue adquieriendo de todos estos años viviendo en el exterior. «Hay que aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan. A mí se me dio gracias a que pude estudiar afuera en el exterior. Pero de no ser así y si uno tiene la posibilidad de hacer algo, cualquier cosa, en el extranjero, que lo acepte y lo haga«.
Otro consejo que brindó el joven es que cuando uno se muda a otro país, tiene que estar abierto a todo y eso a veces cuesta mucho. «En el sentido de estar abierto a nuevas costumbres y nuevas formas de hacer. Siempre tener presente o yo trato de tener presente al menos, el hecho de no olvidar mis costumbres. También respetar la cultura de los otros. Hay que ser muy respetuoso, pero no olvidar los orígenes de uno».
Asimismo, manifestó que es fundamental buscar mucha información, ponerse en contacto con la gente y consultar cómo es allá. «Te pueden dar una gran mano sino tenes mucha idea. Hay que tomar una posición muy activa y estar preguntando porque alguna forma siempre se encuentra».
¿Volver a Argentina?
Toda persona que emprende un viaje para irse a vivir a otro país lejano y ajeno, lleva consigo en su memoria los recuerdos de los seres queridos que dejó atrás. Conrado aseveró que extraña mucho a su familia y amigos. Sin embargo, también extraña demasiado de nuestro país y es la música.
«Me gusta mucho nuestra música y extraño la gran diversidad que hay en Argentina. Poder escuchar folklore, cuarteto, rock, lo que sea. Acá me parece que es todo mucho más chato en cuanto a la música. Eso realmente extraño de Argentina. Toda esa gran diversidad que había en cuanto a conciertos y fiestas«.
Ante la pregunta está en sus planes regresar a Argentina en algún momento, el altagarciense aseguró que no sabe cuándo, pero que eventualmente desea volver a nuestro país. Al mismo tiempo, remarcó que él decidió irse del país, no porque no le gustara o no viera futuro, sino solamente par poder estudiar en el extranjero y vivir nuevas experiencias. De hecho, le encantaba Argentina porque lo tenía todo: familia, amigos, universidad, trabajo y demás.
«Era mi último año de universidad, o sea que si lo hacía lo hacía en ese momento. Después no iba a poder irme o al menos no con un doble título. Iba a tener que irme a Italia o a otro país de otra forma. Nunca dejé el país porque estuviera enojado y hoy en día recuerdo bien a Argentina. Estoy muy contento de ser argentino«, concluyó.
