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La historia de Belén: Es enfermera y está escribiendo su primer libro en Andorra

La historia de Belén: Es enfermera y está escribiendo su primer libro en Andorra

En esta sección te invitamos a conocer las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. Hoy dialogamos con Belén, una dedicada enfermera de nuestra ciudad, que decidió emprender un nuevo capítulo en su vida y se trasladó a Andorra. Su trayectoria está marcada por innumerables desafíos que ha enfrentado con valentía y determinación. Actualmente, no solo se destaca en su profesión, sino que también se encuentra inmersa en la escritura de un libro donde relata los obstáculos y logros que han definido su camino hacia la realización de sus sueños.

Belén nació en la ciudad de Alta Gracia. Actualmente tiene 37 años y es enfermera. Su mamá es ama de casa, su papá trabaja en la construcción y ella es la mayor de ocho hermanos. «Aprendí el sentido de responsabilidad de muy niña, ayudando en casa a mi madre con mis hermanos y las tareas del hogar».

En primer lugar, comenzó contando que durante su infancia y adolescencia le tocó pasar por muchas dificultades económicas junto a su familia. Algo que estaba muy presente en su casa. Sin embargo, tanto sus padres como familiares, amigos y conocidos siempre la supieron aconsejar muy bien. «Si quería salir de esa situación lo que tenía que hacer era estudiar para tener un futuro mejor el día de mañana».

Terminando el último año del secundario, se puso de novia y quedó embarazada. Fue mamá muy joven, a los 19 años de edad para ser precisos. «Tenía el sueño de poder hacer una carrera en la universidad. Eso fue un golpe duro porque no lo pude hacer inmediatamente terminado el colegio».

«Siempre me fue muy bien en la escuela. Me esforzaba mucho para estudiar y tener buenas notas. Era la forma en la cual yo tenía de devolverle a mis padres todo el esfuerzo que los hacían para que yo pudiese ir a la escuela«.

Durante la crisis del 2001, había momentos en los que le tocaba ir caminando desde Falda del Carmen hasta Alta Gracia ya que no había plata para el colectivo. «Nací y estudié en alta gracia pero la mayor parte de mi vida vivi en Falda del Carmen. A pesar de todo, el esfuerzo valía la pena. Así es que todas esas dificultades hicieron a que yo pensara en que mi futuro dependía solo de mí».

Más allá de que quedó embarazada de muy joven, cuando su hijo cumplió siete años, decidió retomar los estudios gracias al consejo de una amiga que la orientó para que hiciera la carrera de enfermería. «Realicé mis estudios en la Universidad Nacional de Córdoba y me egresé con el primer título en el año 2016. Luego en el 2019 terminé la licenciatura. A finales de ese año y a principios del 2020, antes que se declarara la pandemia, decidí irme del país porque la verdad es que la situación era cada vez peor».

El comienzo de su gran aventura

En un primer momento surgió una idea en su cabeza de irse a Italia a estudiar italiano. Aunque después, como si Dios hubiera puesto todo en su lugar, conoció a una colega que le pasó el contacto de una empresa italiana para poder tramitar la visa e irse a trabajar allí. «Comencé todo el proceso y demás, pero en el camino a través de un familiar surgió la posibilidad de irme a trabajar a Croacia. En abril del 2022 me fui a trabajar en un restaurant toda la temporada de verano y la verdad que la experiencia fue increíble».

«No podía creer estaba viajando por primera vez fuera de Argentina. Nunca había tenido la posibilidad de salir y llegar al otro lado del mundo, conocer cosas nuevas, otro idioma, otra cultura, algo totalmente diferente. Conocer el mar que no conocía para mí fue magnífico. La verdad es que una experiencia única».

A todo esto, el tema de la visa para ir a Italia se demoró un poco más de lo pensado y Belén no quería volverse a Argentina porque sería retroceder varios pasos atrás en todo el esfuerzo que ella había conseguido.

De esta manera, decidió buscar trabajo en Andorra durante la temporada de invierno. Hace ya casi un año y medio que reside en este lugar. «Cuando llegué me encontré con un panorama que la verdad no me esperaba. No conocía Andorra, pero cuando llegué estaba explotado de gente buscando trabajo. Era impresionante y el 90% éramos argentinos».

«Era ir a dejar currículum en algún lugar y ya tenían una pila de gente que había ido. Creo que en dos semanas por ahí yo ya me conocía Andorra de Norte a Sur, de Este a Oeste. Es un país pequeño pero es precioso y maravilloso. La verdad es que al principio no conseguí lo que venía a buscar: un trabajo de temporada en gastronomía u hotelería y no conseguí».

No fue hasta que una compañera de trabajo la orientó para homologar su título y poder comenzar a trabajar de lo que había estudiado. «Estuve un mes buscando trabajo que no conseguía por ningún lado y esa misma semana que conocí a esta chica conseguí. Para mí fue una bendición enorme porque Andorra no es que vos venís, te quedas y listo. Tiene sus normativas y reglas y si no tenes trabajo, se te vence tu visa de trabajo y te tenes que ir».

«Pude conseguir trabajo como auxiliar de enfermería. Fueron como dos meses y medio lo que demoró mi trámite que lo mismo salió rapidísimo. Me dieron la homologación del título y en abril del año pasado comencé a trabajar en una residencia geriátrica como enfermera».

El difícil momento que significó la pandemia

Brevemente, la altagraciense contó que el período de la pandemia del Covid-19 lo transitó en su mayoría en Alta Gracia. Ella trabajaba en una clínica privada de nuestra ciudad y señaló que fue una experiencia que los que trabajaron en esa época en salud ninguno se va a olvidar. «Fue sumamente difícil con mucha carga de estrés, tanto físico, pero especialmente mental, emocional eso fue lo más duro«.

«Me acuerdo que en esa época trabajaba como supervisora de enfermería y además con mi compañera cubríamos servicios porque no teníamos personal. Cuando alguien salía positivo le daban mínimo catorce días y no teníamos gente para cubrir. Era todo el mundo hacer doble turno, cubrir como se pudiera y abarrotado de pacientes. Muchísimo trabajo jugo y la verdad que el estrés era tremendo».

Uno de los meses más duros para todo el personal fue en junio. A Belén le tocaba hacer los reportes de los muertos por COVID y sentía una angustia muy grande por haber visto la cantidad de gente que tuvo que reportar. «El estado de ánimo de mis compañeros estaba por el piso. No dábamos más, ni emocionalmente, ni físicamente la verdad que fue sumamente duro. A pesar de todo salimos adelante. Gracias a Dios, ninguno de mis compañeros fue afectado, ni perdimos a nadie porque hubo muchas pérdidas en el sistema salud».

«Conocí gente maravillosa que todavía sigo en contacto con ellos y aprendí muchas cosas también ahí porque ahí me formé en la práctica. Aprendí también parte de gestión, en la parte administrativa y eso me ha servido mucho aquí donde estoy trabajando. Agradezco la oportunidad que me dieron en ese lugar para poder desempeñarme para poder trabajar y aprender. Fue una etapa muy difícil para todos los que trabajamos en pandemia. Pero bueno, estoy feliz de que haya pasado ya«.

A continuación sostuvo que espera que no tengamos que vivir otra situación similar porque fueron muchísimas pérdidas a nivel humano. «Ver el sufrimiento de las personas así tan de cerca como nosotros lo vivimos es durísimo. Eso que uno aprende no con los años a estar más fuerte y evitar que a uno le afecte tanto, pero a ese nivel lo que fue la pandemia era imposible que no le afectara a uno el dolor del otro».

Su profesión como enfermera

Belén expresó que es enfermera por vocación y que ama su trabajo además de que disfruta el estar en contacto con el paciente. «Es algo que a mí me gratifica muchísimo».

Se egresó en el año 2016 de la Universidad Nacional de Córdoba y hace ya ocho años que es enfermera. A los pocos meses empezó luego a trabajar en una clínica privada de Alta Gracia. Trabajó aquí desde el 2017 al 2022 y luego en abril de ese año decidió viajar para Europa. Fue enfermera de planta y también se desempeño como Supervisora de enfermería.

«La verdad es que estoy muy feliz por la profesión que elegí porque es una profesión de carácter universal. Lamentablemente hay mucha escasez a nivel mundial, faltan muchos enfermeros. Si se puede decir de alguna manera que el lado positivo es que al haber escasez hay mucha demanda y eso nos permite como profesionales poder trabajar en otras partes del mundo. Así que aquí ya hace un año y un poquitín más que ejerzo como profesional».

Al arribar a Europa, primero trabajó en un restaurante, luego como auxiliar de enfermería y posteriormente como profesional. «Ahora gracias a Dios pueden entrar a trabajar al sistema sanitario de Andorra, que digamos que sería la parte pública como en Argentina. Así que me estoy desempeñando allí como enfermera de planta. Por ahora estoy en la parte de geriatría y quizás en algún momento pueda ir a la parte hospitalaria».

La enfermera manifestó que está muy contenta de poder desarrollar su profesión en este país y que este lugar le haya abierto sus puertas, permitiéndole poder quedarse a vivir y trabajar. «Estoy más que agradecida con Andorra por todo lo que me ha dado, por todo lo que me da, porque la verdad es que mis planes eran otros, era irme a trabajar a Italia, pero como dice mi hermana y que somos personas de fe, los planes de Dios son mejores que los nuestros».

¿Cómo es la realidad de conseguir trabajo y vivienda en el extranjero?

Emigrar en busca de nuevas oportunidades lleva tiempo. La incertidumbre de no saber si se podrá conseguir trabajo y vivir con una mínima seguridad pesa a la hora de tomar la decisión.

Basándose en su experiencia personal, Belén aseguró que no es fácil pero tampoco imposible y que lo principal antes de conseguir trabajo es conseguir vivienda. «Sin el comprobante de que vos estás alquilando un piso, un departamento, no te van a dar trabajo».

«La vivienda es complicado porque hay mucha demanda, los precios de los alquileres son bastante altos, pero eso por lo que he escuchado y lo que he visto en Europa. En muchos países pasa lo mismo no es solamente Andorra, pero sí que los precios son altos entonces muchas personas tienen que compartir la vivienda porque si no nos llegan con el sueldo a fin de mes».

La altagraciense señaló que prácticamente un año debió compartir departamento con algunas amigas porque es complicado mudarse solo: primero el tema del precio el cual es una barrera y segundo que solicitan varias cosas para poder ingresar a alquilar un departamento. «Entre ellos un año de antigüedad con los recibos de sueldo y con las nóminas. Estuve un año compartiendo y luego me pude mudar a vivir sola. Acá a mucha gente le toca compartir por el precio elevado de los alquileres».

Con respecto al trabajo precisó que todo depende del rubro,pero que si se puede conseguir. «Te piden cierta documentación obviamente porque quieren que esté todo en regla ya que es un país pequeño y está bastante controlado el tema de los inmigrantes. Puede que haya alguno que no esté en regla pero que no se han dado cuenta o no lo han detectado».

«Por ejemplo, nosotros como argentinos tenemos tres meses como visa de turista. Si venís con la idea de trabajar y no conseguís un trabajo que tiene que ser por lo general exigen que sea el trabajo en blanco, si no conseguís dentro de esos tres meses para que te den la residencia no te podés quedar. Si es cierto que hay muchísimos argentinos. No es muy sencillo, pero tampoco es imposible«.

Vivir en Andorra: Un lugar privilegiado rodeado de bellos paisajes y en un entorno único

Andorra, el país de los Pirineos entre España y Francia, es el destino ideal para aquellos que desean sentir la naturaleza. La nieve en invierno y el aire fresco en verano. aisajes increíbles, parques naturales, rutas de senderismo y ecoturismo.

La enfermera describió a Andorra como un lugar precioso con unos paisajes increíbles y mucha naturaleza. «Está entre medio de los Pirineos de las montañas tiene una vista, unos lugares para pasear tanto en invierno para disfrutar de la nieve, del esquí, como en verano para hacer trekking, para hacer bicicleta, salir a correr, salir a caminar, ir a los lagos, al río. Estás entre medio de Francia y España entonces en dos o tres horas te vas a cualquiera de estos dos países y hay lugares súper lindos».

Luego aclaró que es muy seguro y que la gente es muy respetuosa, cálida y que no ha tenido malas experiencias en ese sentido. «Todo lo contrario siempre me han tratado muy bien. Creo que también tiene que ver con la manera en la que uno viene hoy y la predisposición que tenes».

«Si uno se dirige con respeto, ellos te van a tratar de la misma forma y la verdad que súper bien. También la mezcla del idioma catalán, francés, español me encanta y uno aprende de todo un poquito. La gente es amable, aunque quizás no tan abierta o amigable como nosotros, pero tengo amigos de Andorra, así como españoles, colombianos y argentinos. Somos una gran comunidad. Estoy muy feliz aquí».

Asimismo sobre la comida y el clima agregó: «El invierno es sumamente frío. Yo antes decía que no me gustaba el invierno, y estoy viviendo en un país donde a veces tenemos temperaturas en algunos lugares de dieciocho grados o veinte bajo cero con mucho frío, pero me acostumbré. El paisaje con la nieve es increíble. Con respecto a la comida, hay mariscos, pastas, carnes y no hay tanta diferencia así que no es que me ha costado acostumbrarme para nada. Me siento muy cómoda».

«Del idioma estoy aprendiendo el catalán que es una mezcla como proviene del latín es una mezcla la del italiano, el castellano, el francés y algo de portugués también. Ahora lo entiendo muchísimo, pero al principio me costaba y lo estoy estudiando porque por mi profesión me lo exigen».

Experiencias y lecciones: «Lo más importate es abrir la cabeza y ver que hay otras oportunidades fuera de lo que conocemos»

Belén confesó que una de las lecciones que ha aprendido a nivel personal es el salir de la zona de confort. De hecho, se considera a si misma como una persona soñadora con sueños para muchas vidas y este era uno de esos sueños.

«El poder salir del país, poder establecerme en otro lugar, tener una mejor calidad de vida era lo que yo deseaba para mí y para mi familia. Poder conocer lugares, personas y experiencias que uno se deja grabado en el corazón y en la mente. Creo que es poder ver también que hay otras posibilidades y oportunidades saliendo de tu lugar. A uno le eso le permite crecer sobre todo a nivel mental».

De esta manera indicó que se lleva ese crecimiento, aprendizaje y fortaleza ya que hay que estar fuerte a nivel mental y emocional para aguantar estar lejos de todos del otro lado del mundo. «Los altibajos emocionales vienen cada tanto porque por más que uno esté bien, esté tranquilo, no deja de extrañar a la familia. Hay tiempos en los cuales pesa más».

«Es aprender a ser más fuerte, más resiliente, disfrutar de la vida, poder ayudar a nuestros seres queridos también. Creo que sobre todo es eso, poder abrir la cabeza y ver que hay otras oportunidades y otras cosas fuera de la realidad que conocemos».

Consejos para aquellos que están pensando en vivir en otro país

Por otro lado, Belén aconsejó que lo mejor es no tener miedo y enfrentarlo debido a que sino uno nunca verá lo que podría haber logrado. «Cuando uno se propone y empieza a trabajar, a moverse, las cosas se van dando, se van acomodando y si uno persiste hasta el final lo logras. Así que hay que ser valiente e ir por los sueños que uno tiene».

En su caso se dio cuenta estando allí que quería crecer y que había posibilidades de conseguirlo. «Con una amiga y colega en enfermería estamos haciendo un podcast de enfermería que lo tenemos en Spotify y en YouTube».

Además de esto, Belén empezó a escribir un libro y espera poder publicarlo este año. «El año que viene me gustaría ir a presentarlo a Argentina y habla también un poco de este proceso que uno vive».

«Cuenta la historia de una chica, desde su infancia hasta ahora y de las dificultades que ha tenido a lo largo de la vida, de los sueños y de cómo he ido superando todas esas adversidades, para cumplir cada cosa que se propone».

Posteriormente reforzó el hecho de que nadie debe permitir que los miedos los limiten, sino que esos miedos deben motivar a las personas a buscar lo que desean. «Habrá dificultades, pero hay que tener la fortaleza para perseverar hasta lograrlo. La perseverancia, la disciplina y la voluntad son claves. Nada viene regalado; hay que trabajar y moverse para que los milagros ocurran. La vida es energía en constante movimiento, y debemos provocar que las cosas pasen».

«Para cumplir sueños y mejorar la calidad de vida hay que salir de la zona de confort. Primero, hay que definir lo que uno quiere, desarrollar un plan, buscar información y contactos. Hoy, las redes sociales y el internet facilitan mucho, así que nada es imposible; solo hay que atreverse».

¿Volver a Argentina?

Toda persona que emprende un viaje para irse a vivir a otro país lejano y ajeno, lleva consigo en su memoria los recuerdos de los seres queridos que dejó atrás. Belén aseguró que extraña a toda su familia, sus seres queridos, sus amigos y a su hijo. «No hay palabras para expresar todo lo que lo extraño. Pero bueno sé que él está muy bien y está feliz también ahí».

«Argentina es mi tierra, mi sangre, mi cultura y estoy orgullosa de eso. Cada vez que pueda voy a ir a visitar a mi familia porque lo que más se extraña es la gente. El mate y eso no digo que lo extraño porque también tomo mate, aquí también tengo. En Andorra somos muchísimos argentinos y se consiguen varias cosas de comida y eso. Yo creo que lo que más uno puede extrañar son los afectos».

No obstante, ante la pregunta si planea regresar en algún momento, Belén declaró que su hogar y su futuro ahora esrá en Andorra. «Yo lo siento así y me siento muy bien viviendo de este lado, aunque extrañe a todos mis seres amados que tengo en Argentina. No sé el día de mañana o de acá unos años, la verdad que no lo sé».

«Quizás cambio de parecer y pueda regresar, pero por el momento voy de visita a ver a mi familia, a mis amigos conocidos, a estar de nuevo en contacto con mi cultura, con mi gente, con la comida y todo lo que una extraña de su tierra. No sé qué pueda pasar más adelante. Hoy por hoy te digo que mi vida ya está establecida desde este lado y estoy muy tranquila y muy feliz aquí», concluyó.

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