Por la Dra. Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)
“Palmadas en la nuca, empujones furtivos, insultos anónimos y amenazas, útiles rotos. Ignorar y hacer el vacío. No prestar ayuda. Difamaciones. Rumores y noticias falsas. Llamadas obscenas. Humillaciones. Cruzar la pierna con intención de hacer perder el equilibrio. Silencios culpables. Mirar para otro lado… El acoso escolar tiene muchas caras. Cuidado.”
“La hora del recreo. La mejor hora de la jornada escolar. Para todos, excepto para él. La maestra mantuvo más o menos el orden de la fila hasta que cruzaron la puerta del patio. Entonces, salieron en desbandada. Hoy la pelota la había sacado Manuel, pero era igual cuando la llevaba Kevin. Sin embargo, como todos los días, albergando una pequeña esperanza, se acercó al dueño de la pelota y se sumó al círculo que lo rodeaba. Con el balón bien sujeto entre el cuerpo y el brazo izquierdo, Manuel fue señalando a sus compañeros: Tú juegas, tú juegas, tú juegas, tú juegas… Tú, no. Abatido, triste, con ganas de llorar, se fue al árbol.” (Tú, no. Martín Casariego – 21 relatos contra el acoso escolar)
Visibilizarlo en la escuela
Y así, como agua que se escurre entre las manos, el acoso escolar se hace visible en las sombras de la escuela. El bullying es una situación de agresión que sucede entre personas de edades similares. Es intencional y se realiza de forma sistemática: no pasa una sola vez, sino que se repite en el tiempo. El bullying no solo involucra a quien/es agrede/n a otra persona y a quienes son agredidas/os. También son parte aquellas personas, que aún sin proponérselo, observan y/o alientan las agresiones.
Por eso decimos que el bullying es un fenómeno grupal. Comúnmente se considera bullying a toda situación de agresión entre pares. Sin embargo, esto no es así, porque, si bien el bullying es una forma de violencia, no es la única. Muchas veces se confunde bullying con discriminación. Aunque bullying y discriminación pueden ir de la mano, algunas veces el bullying se da de otras maneras. Tampoco es bullying cuando las agresiones suceden una sola vez o cuando varía la persona que las recibe. No estamos en presencia de éste cuando hay enfrentamientos entre grupos donde la relación de fuerza es pareja (por ejemplo, dos grupos que permanentemente rivalizan entre sí). Pero más allá de que sea bullying o no, lo importante es intervenir ante cualquier tipo de agresión.
Convivir en la escuela
Cuando las niñas, niños y adolescentes, van a la escuela no solo nos proponemos que aprendan a leer y a escribir o descubran conocimientos sobre la ciencia y el mundo. Sino que también buscamos que aprendan a relacionarse con otras personas, que encuentren amigas y amigos. Deseamos que la escuela sea un lugar donde puedan aprender, participar, pensar, disfrutar, jugar y divertirse junto a otros. A veces, formar nuevos vínculos sucede sin muchas dificultades, pero en otras ocasiones no resulta tan fácil. En ambos casos, sabemos -un poco por experiencia- que las relaciones no se mantienen iguales a lo largo del tiempo: cambian, se profundizan o llegan a su fin.
Relacionarnos con otras personas también significa encontrarnos con ideas y opiniones diferentes, e intereses y gustos que no siempre coinciden con los propios. Algo que en la actualidad está desfigurado por la soledad funcional que encontramos en la socialización virtual. Dentro de un entorno de aprendizaje se espera que los estudiantes puedan lograr acuerdos a través de la palabra. Sin embargo, incluso para las personas adultas, resolver conflictos de manera cordial muchas veces cuesta. Por este motivo, la familia, la escuela y la comunidad son actores fundamentales para acompañar este aprendizaje. Vincularse no es algo que se da naturalmente. Sin duda, la escuela es uno de los ámbitos privilegiados en donde se aprende a convivir con otras personas. La convivencia es un contenido que se enseña a través de espacios curriculares específicos, pero también a través de prácticas cotidianas.
Familia y comunidad tienen un roll
Para poder acompañar a una niña, un niño o adolescente desde las familias y otros espacios comunitarios es necesario poder identificar cuando están atravesando una situación de bullying. Esto no siempre es una tarea sencilla. No se trata de convertirnos en detectives, sino de estar atentos a los momentos en que las chicas y los chicos quieran transmitir lo que les sucede. A las señales que nos pueden estar dando y, especialmente, a momentos de angustia y malestar.
No es tan simple darnos cuenta de lo que acontece, porque existen tantas formas de expresar nuestros sentimientos como personas en el mundo. Se hace así necesario sostener espacios de comunicación y resignificarlos -es decir, adaptarlos- de acuerdo a cada etapa de la vida, sea la niñez, en sus diferentes estadios de la infancia, o la adolescencia. En muchos casos, sin darnos cuenta convertimos el diálogo en un interrogatorio, sin considerarlos como interlocutores. A veces pretendemos que nos cuenten cómo fue su día en la escuela o cómo la pasaron en un cumpleaños, pero no les contamos sobre nuestro día en el trabajo o sobre las actividades que realizamos.
Habilitar la reflexión
Intervenir ante situaciones de bullying no significa identificar culpables o buscar soluciones que alienten el castigo. Para detener estas situaciones tenemos que evitar que se establezcan formas de relación basadas en la agresión. Es fundamental sostener una escucha atenta que no juzgue y que habilite la pregunta sobre lo que pasó.
La normativa respalda los vínculos cuidados
El artículo 126 de la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 (LEN) establece que todas y todos las y los estudiantes tienen derecho a ser respetadas/os en el marco de una convivencia democrática, y ser protegidas/os contra cualquier agresión física, psíquica o moral. A su vez, el artículo 127 señala que las y los estudiantes tienen como deber participar y colaborar para mejorar la convivencia escolar. Tal como lo expresan estas normativas, las chicas y los chicos tienen derecho a establecer vínculos libres de violencia. También tienen derecho a la privacidad, a la libertad de expresión, y a disfrutar de los espacios en los que habitan de forma segura y protegida.
Primer jueves de noviembre “Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar.” UNESCO.
Que disfruten de un hermoso domingo!!!