Desde Villa Parque Santa Ana y el departamento, «El Gato» impulsa y acompaña movidas solidarias para ayudar a personas que atraviesan situaciones difíciles. La inspiración viene de la infancia, marcada por el ejemplo de su padre, y se sostiene en una objetivo simple: cada gesto, por pequeño que sea, puede cambiar una realidad.
Juan César Romero, conocido por todos como “El Gato”, es una de esas personas que no espera que le pidan ayuda. Cuando se entera de que alguien está enfermo, perdió su trabajo o necesita un elemento esencial para mejorar su calidad de vida, su reacción es inmediata: comunicarse, preguntar qué hace falta y ver cómo colaborar.
“La ayuda que brindo consiste en acompañar y colaborar con personas que atraviesan momentos difíciles”, explicó a AGNoticias. “Siempre que me entero de que alguien está enfermo, tiene un tratamiento costoso o necesita una prótesis o una silla de ruedas, me contacto directamente con la persona o con algún familiar para ver de qué manera puedo ayudar”.
Gran parte de ese acompañamiento se materializa a través de iniciativas solidarias. “Generalmente colaboro organizando o apoyando pollos asados, venta de chorizos, rifas u otras actividades. Incluso, si la familia ya tiene algo armado, me ofrezco a sumarme, ya sea ayudando en la venta o difundiendo para que llegue a más personas, sobre todo acá en Santa Ana y alrededores”.
La solidaridad siempre viene desde casa
El origen de este compromiso no es casual. César asegura que la solidaridad es una enseñanza que trae desde chico. “Esta iniciativa nació en mi infancia y adolescencia, viendo a mi padre ayudar siempre a los demás y compartir lo poco o mucho que tenía. Esa experiencia me marcó profundamente y me dejó una enseñanza que quiero seguir transmitiendo”.
Ese legado familiar, hoy en día, ya es su manera de vivir. “Todo lo que realizo lo hago de corazón y sin esperar nada a cambio, siguiendo el ejemplo de generosidad que él me enseñó”.
La historia de Daniel: ayudar a la familia siempre que se pueda
Entre las tantas situaciones que atravesó, hay una que recuerda con especial emoción. “Mi primo Daniel, con quien crecí, fue diagnosticado con ELA. La noticia me impactó profundamente”. Frente a la complejidad del tratamiento y los altos costos, decidió actuar. “Apenas supe, me contacté con un amigo en común para buscar la manera de ayudarlo”.
Así nació una pollada solidaria que terminó superando las expectativas. “Decidimos organizarla en noviembre y empezamos a difundirla un mes antes. Fue un éxito y nos permitió colaborar con los gastos del tratamiento de Daniel”, recuerda.
Compartir y acompañar a quienes más lo necesitan
Además de organizar eventos, “El Gato” cumple un rol clave prestando elementos ortopédicos que muchas personas necesitan de manera urgente. “Tengo sillas de ruedas, caminador, cama ortopédica y muletas. Son cosas que la gente me fue dando y yo las voy prestando. Obviamente, no alquilo ni vendo nada, las presto para quien las necesite”, aclara.
Para quienes todavía dudan en involucrarse, César deja un mensaje claro y directo: “Cada pequeño gesto cuenta. No hace falta tener mucho para marcar la diferencia en la vida de alguien. La satisfacción de ver que tu acción puede aliviar el sufrimiento de otra persona es incomparable”.
Y concluye: “Lo más importante es la disposición a sumar. Cualquier gesto, por pequeño que parezca, puede generar un gran impacto”. Quienes quieran colaborar o necesiten ayuda pueden contactarlo al 351-370-2756.
Antes de cerrar, Juan César no se olvida de agradecer a quienes lo acompañan en cada movida solidaria. “Quiero agradecer al grupo de Los Carteludos, especialmente a Pitín Maldonado, que me invitó a integrarme. También a grandes amigos como Claudio Mikichi, Sergio ‘La Vieja’ y el Negro Pipi Ramírez, que siempre están dispuestos a colaborar al cien por ciento”.
Una red de voluntades que se activa cada vez que alguien necesita una mano, y que encuentra en “El Gato” Romero a uno de sus principales impulsores.
