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Iwo Jima, la batalla y las fotos

Iwo Jima, la batalla y las fotos
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

La isla de Iwo Jima era considerada estratégicamente fundamental para las fuerzas norteamericanas que desde 1943 habían empezado a imponerse lenta y trabajosamente en la campaña del Pacífico. Después de la ocupación de las islas Marianas en agosto de 1944, la isla del azufre (tal su traducción al castellano) era lo único que se interponía entre Tokio y los poderosos Boeings B-29 Superfortress, entre los que se contaba el siniestro Enola Gay. La pequeña isla, de tan solo 21 km cuadrados y perteneciente al archipiélago Ogasawara contaba con dos elementos indispensables: pista de aterrizaje y radar. En poder de los japoneses era un verdadero dolor de cabeza para los aliados. El cambio de mano les daría a los estadounidenses un trampolín directo sobre el imperio y la posibilidad de finiquitar el conflicto.

La sangre derramada

La de Iwo Jima fue una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas imperiales, al mando del general Tadamichi Kuribayashi aguardaban con más de veinte mil efectivos mediocremente pertrechados; y sustentados en una compleja red de túneles y bunkers, además de la ferocidad de sus soldados, dispuestos a entregar hasta la última gota de sangre. Cosa que finalmente sucedió casi literalmente.

Por su parte, el mando de Estados Unidos puso al frente al general Holland Smith quien primero estableció un cerrado bloqueo con submarinos que impidió la llegada de suministros a la isla; luego se comenzó con bombardeos desde acorzados anclados en los alrededores y aviones que despegaban de las bases de las islas Marianas. Para el asalto definitivo se reunió una escuadra conformada por casi 500 navíos (incluyendo 12 portaaviones) y un cuarto de millón de hombres, entre ellos 70 mil marines que fueron los que desembarcaron. Se calculaba que la operación «Detachment» duraría un máximo de diez días. Ilusos, el tiroteo se prolongó desde el 19 de febrero hasta el 26 de marzo de 1945.

Lucha sangrienta

La lucha fue encarnizada y feroz. A pesar de la enorme superioridad numérica de los norteamericanos, y como se dijo antes, los japoneses pelearon casi hasta el último hombre (solamente sobrevivieron unos 900 soldados que fueron tomados prisioneros). Por su parte, Estados Unidos perdió casi seis mil hombres y registró aproximadamente 25 mil heridos y casi mil desaparecidos.

En la noche del 25 de marzo de 1945, un grupo de unos 200 soldados japoneses sobrevivientes, comandados por Tadamichi Kuribayashi, se lanzó en una «Carga Banzai» final contra las posiciones de los estadounidenses, provocando una batalla cuerpo a cuerpo que supuso la muerte de todos los japoneses y unas 300 bajas (entre fallecidos y heridos) norteamericanas. El cuerpo de Tadamichi Kuribayashi nunca fue encontrado. Al día siguiente, el alto mando de los EE. UU. declaró a la isla de Iwo Jima bajo el control definitivo de sus fuerzas.

Historia de una foto (o dos)

Una de las primeras acciones de las tropas invasoras al desembarcar fue tomar el monte Suribachi, al sur de la isla, y plantar allí la bandera norteamericana. Era un acto completamente simbólico, la enseña se vería desde todos los puntos del pequeño territorio insular y se convertiría la primera en flamear en territorio nipón.

Esta fue la primera foto de la bandera ondeando en Iwo Jima

La patrulla, liderada por el teniente Harold G. Schrier, llevaba una pequeña bandera que pertenecía al USS Missoula. El acto fue captado por la cámara del sargento Louis Lowery, que también era fotógrafo de la revista Leatherneck. En ella se puede observar, de izquierda a derecha, a un soldado cuyo nombre no fue registrado, al sargento Henry Hansen; al soldado Louis Charlo (apenas se le ve un brazo sosteniendo el mástil), al sargento Ernest Thomas Jr., al teniente primero Harold Schier; al capitán Charles Lindberg y al soldado James Michels.

Es entonces cuando se produce un curioso episodio. James Forrestal, Secretario de la Armada, entiende el valor histórico de la pequeña bandera que ondeaba en la cima del monte Suribachi y pretende llevársela como recuerdo. Entonces, del comandante del Segundo Batallón, Chandler Johnson, decide resguardar la enseña para el cuerpo de Marines. Ordena reemplazarla por otra, sugiriendo que sea más grande. Esta le fue entregada a los marines Ira Hayes, Franklin Sousley, Michael Strank, Harold Schultz y Harlon Block, y al médico de la Armada Rene Gagnon.

El click histórico

Ellos estaban en el trámite de clavar el improvisado mástil cuando fueron captados por la lente del fotógrafo de Associated Press Joe Rosenthal, quien apenas tuvo tiempo de disparar sin siquiera llevarse el visor de su cámara al rostro. «De reojo vi que los hombres comenzaron a alzar la bandera. Alcé mi cámara y tomé la escena. Esa es la forma en que tomé la fotografía, y cuando tomas una fotografía de esa forma, no te vas pensando en que hiciste una gran toma. No lo sabes».

Aun con esa duda, Rosenthal envío la película a Guam, donde había una oficina de Associated Press. Tras observarla, el editor de fotografías de la agencia, John Bodkin, exclamó: «¡Aquí hay una para todos los tiempos!». Vaya si tenía razón.

Acá, la foto que hizo historia y ganó el Pulitzer
Pullitzer, controversia e ícono universal

La instantánea le valió a Rosenthal el premio Pullitzer ese mismo año; y una prolongada controversia por el rumor de que la toma había sido preparada, lo cual fue desmentido rotundamente por todos los protagonistas que sobrevivieron a la batalla de Iwo Jima. (Franklin Sousley, Michael Strank y Harlon Block cayeron en combate). Por lo demás, con el correr de los años se convirtió en un ícono mundial y sin lugar a dudas es una de las fotografías bélicas más famosas de la historia.

James Rosenthal, el fotógrafo de Associated Press que captó el histórico momento.

A comienzos de 1951, el escultor austríaco-estadounidense Felix de Weldon fue comisionado para el diseño del memorial del Cuerpo de Marines en Arlington. De Weldon escogió la foto para reproducirla en bronce con una base de granito. La construcción tardó tres años. Los tres sobrevivientes posaron para el monumento. Los tres que no sobrevivieron fueron recreados en fase a fotos. El memorial fue inaugurado el 10 de noviembre de 1954 por el Presidente Dwight Eisenhower, acompañado por el Vicepresidente Richard Nixon. Ellos junto a los tres sobrevivientes. El nombre de Rosenthal no apareció sino hasta años después en una placa en la base.

Memorial en bronce, basado en la fotografía de Rosenthal.
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