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Editorial

Incendios en Córdoba: un tema que nos compete a todos

Alerta de riesgo extremo por incendios hasta el lunes en toda la provincia de Córdoba
Los últimos días fueron un verdadero escenario del horror. Árboles, flora y fauna autóctona se vieron atacados ante las llamas amenazantes de los incendios en la provincia de Córdoba.

Me encantaría escribir este párrafo diciendo que los incendios fueron causados por la  misma naturaleza, en un acto atroz pero espontáneo, sin dotes de maldad. Tristemente, esa no es la realidad que envuelve a esta problemática.

Como en muchos problemas que ocurren en la naturaleza, las manos del hombre estuvieron involucradas. Las teorías respecto a las causas de los focos de incendios son muchas, sin embargo todas confluyen en un punto: hubo, al menos, un ser humano involucrado. Los focos no se activaron solos, alguien ayudó a dar inicio a esta triste vorágine de eventos.

Flora y Fauna afectadas

Las víctimas, son demasiadas. El paisaje cordobés sufrió una pérdida devastadora: plantas y árboles autóctonos ahora solo se reducen a cenizas. Veterinarios y agrupaciones de protección animal están haciendo hasta lo imposible por curar y salvar a los animales, quienes padecen de terribles quemaduras. Los bomberos voluntarios no dan abasto, así también como las personas que quieren ayudar a remendar el daño que alguien más cometió.

¿Qué pasa con la ley?

El Código Penal contiene el artículo 186, que habla de las personas que ocasionaren un incendio o una explosión. Estas personas son penadas entre 3 y 10 años de prisión. Hay agravantes que incrementan la pena, si por ejemplo ponen en riesgo la vida de las personas. A pesar de la existencia de este artículo, normalmente estas causas se elevan a juicio sin presos, salvo que exista alguna circunstancia especial de peligrosidad.

La penalización es una respuesta contundente, sin embargo sigue siendo el “después”: cuando una persona es penalizada por semejante delito, el daño ya está cometido. Daño que cuesta vida. Hay que aprender, de una vez por todas, que no somos los dueños del mundo, de la naturaleza y de la vida.

Concientizar, desde este punto, es una ardua tarea. Tarea que simplemente llega tarde. Pero es necesaria. La naturaleza se merece esto.

nakasone