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Home Office: la modalidad de trabajo que se extienden en Argentina

La pandemia del coronavirus y el aislamiento obligatorio sacudió todos los aspectos de la vida cotidiana de las personas. Sin la posibilidad de desplazarse, la mayoría de las actividades quedaron suspendidas, y  por tal motivo el trabajo quedó recluido al hogar. 

La mayoría de las empresas argentinas estaban en una fase de escaso desarrollo del home office cuando la cuarentena las obligó, en tiempo récord, a implementar alguna modalidad de trabajo a distancia.

Como en cualquier situación inesperada e inédita, surgieron dificultades de toda clase: la falta de equipamiento y software adecuado, la falta de espacio de los empleados para trabajar desde sus hogares, cambios de horarios, nuevos códigos para comunicarse, mayor carga de trabajo y más tiempo frente a las pantallas son algunas de las consecuencias de la expansión del home office en tiempos de coronavirus.

«Hago lo posible para cumplir mi horario laboral y a las 18 horas dejar todo como si estuviera en la empresa» dice Ana (28), ingeniera en sistemas. «Yo cumplo mi horario laboral. Me siento a trabajar y cumplo los mismo horarios que en la empresa. No trabajo de más ya que no tengo gente a cargo, ni me ocupo de otras tareas. Sin embargo mi jefe (supervisor), si pasa muchas mas horas trabajando» comenta Carina (34) quien trabaja en un call center.

Agustín (32) es desarrollador de sistemas y explico que el teletrabjo le ayudó a alimentarse mejor, a manejar sus horarios y estar más cómodo. Mientras que Ana sostiene que el mayor cambio es no tener que levantarse tan temprano y que al terminar su jornada laboral ya está en su casa.

Dentro del contexto de pandemia, ¿cuán probable es que el teletrabajo persista más allá de la pandemia?

Empujadas al trabajo remoto, las empresas y personas están en un proceso acelerado de aprendizaje, no necesariamente exitoso o placentero.

Hasta la irrupción del coronavirus y el aislamiento social obligatorio, el teletrabajo había crecido sólo en empresas muy digitalizadas o para cierto tipo de posiciones. Las grandes empresas ya habían incorporado el home office como un beneficio para algunos de sus empleados: un día de trabajo por semana en casa. «Creo que muchas empresas van a aumentar la cantidad de días en los que se trabaja Home Office» plantea Ana.

A esta complejidad dada por la cuarentena, se agregan las dimensiones legal, tecnológica y cultural. “Desde el lado legal, hay poca legislación sobre teletrabajo y con regulaciones que hoy por hoy son imposibles de cumplir, como por ejemplo que las ART tienen que ir al lugar de trabajo, para ver si cumple con las condiciones ergonómicas”, explica Mara Schmitman, consultora en recursos humanos para empresas y áreas de tecnología, en dialogo con diario Clarín.

Otro aspecto que traba este desarrollo es la falta de equipamiento tecnológico y de capacitación para el uso de herramientas. “Las empresas que hace tiempo trabajan con esta modalidad, le dan de entrada las herramientas a sus empleados para que puedan trabajar en su casa, incluso les pagan Internet para que tengan buena conexión”, asegura Schmitman.

Ventajas y desventajas del Home Office

Dentro de las ventajas del Home Office, Carina comenta que tiene más tranquilidad al momento de escuchar a los clientes. Mientras que dentro de las desventajas, la conexión es un tema que genera dolores de cabeza: «por momentos no funciona la conectividad de internet y eso genera demasiado estres».

«Otra desventajas son las herramientas de trabajo. No tenemos material adecuando para realizar home office. Yo trabajo desde mi computadora, en la mesa del comedor y con una silla que no resulta cómoda para la postura del cuerpo»; Ana coincide en este punto y agrega que «el puesto de trabajo es menos cómodo» ya que no está adaptado para este tipo de actividad. Otro obstáculo es que la comunicación con sus compañeros «es más complicada». Sin embargo resalta que no tener que trasladarse hasta la empresa en una ventaja muy grande: «la hora que me lleva ir y volver del trabajo es tiempo en la que estoy en mi casa».

Un nuevo reto del teletrabajo es la forma de desconectarse de las pantallas sin poder salir de la casa. «Durante la hora del almuerzo o cuando me siento cansado, salgo al balcón» explica Agustín. Mientras que Ana sostiene que cada una hora sale un rato al balcón o realiza actividades de la casa.

«Tengo momentos en los que decido desconectarme de todo tiempo de pantallas (computadora, celular y televisor). A veces lo hago entrenando, pero lo que me gusta hacer es buscar una lista de Spotify y escuchar música para bajar decibeles. También suelo pintar para bajar la ansiedad y el mal humor, me ayuda a despejar» explica Carina.

Tanto Agustín, Carina y Ana coinciden en que lo que mas extrañan de ir a trabajar es la relación con sus compañeros de trabajo. Sin embargo sostienen que disfrutan estar en la comodidad de sus casas.

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