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Golf Club: cerró el restaurante… ¿el nuevo emprendimiento se lleva puestos los viejos algarrobos?

Golf Club: cerró el restaurante... ¿el nuevo emprendimiento se lleva puestos los viejos algarrobos?

Ya es un hecho que el lugar donde ha estado emplazado el tradicional lugar gastronómico, será reemplazado por un emprendimiento inmobiliario. ¿Qué pasará con los centenarios algarrobos -también tradicionales- que se encuentran en el lugar?

El pasado fin de semana fue el último del restaurante del Golf Club de Alta Gracia. Desde el próximo 20 de abril, funcionará en otra dependencia que pertenece al club, a unos pocos metros del actual emplazamiento. Será en la casa que durante mucho tiempo funcionara como boliche bailable y que alguna vez tuvo un frustrado intento de convertirse nuevamente en confitería.

Allí, seguirá funcionando este establecimiento gastronómico donde trabajan 18 personas que mantendrán sus puestos de trabajo, según se aseguró desde el concesionario del restaurante.

¿Y los árboles?

De acuerdo a lo que ha podido conocerse, donde estuvo funcionando el restaurante, se levantará un emprendimiento inmobiliario de importante envergadura. Es más, en días estarían ya trabajando en la demolición de la estructura actual y en el cavado de cimientos.

La pregunta que varios vecinos se hacen es ¿qué sucederá con los añosos árboles que durante décadas han sido parte del paisaje urbano de esta zona tan particular de la ciudad?. Los viejos algarrobos (árbol autóctono que poco a poco se ha ido perdiendo producto de la deforestación) es una especie protegida y amparada por distintas leyes. Incluso entraría dentro de lo que abarca el Código de Protección Ambiental de la ciudad de Alta Gracia (Creado por Ordenanza 7942), que en su Artículo 4, entre otras cosas, dice:

Construir está bien; realizar emprendimientos edicilios que estén dentro de las normas y el Plan de Ordenamiento Urbano, está fantástico. Si la obra lleva a embellecer la zona, mucho mejor. Si arquitectónicamente es superadora de lo actual (que ya de por sí pareciera insertado en el paisaje mismo) más válida todavía.

Pero siempre respetando la flora autóctona, por favor. Siempre cuidando que el crecimiento edilicio no se lleve puesto lo poco que nos va quedando de verde en una ciudad que hace rato no tiene un plan de forestación y arbolado consistente y programático.

Seguramente (descontamos que esto será así, por supuesto), desde los ámbitos municipales pertinentes tendrán la misma preocupación que plantean muchos vecinos y que reflejamos en esta nota. O al menos, eso esperamos.

nakasone