Repasando las buenas noticias, distintos hechos dejaron al descubierto la solidaridad, el compromiso y la empatía de nuestros vecinos. Acciones que atraviesan edades, profesiones y barrios. Actos simples, muchas veces anónimos, que marcaron la diferencia en momentos críticos o emotivos.
Uno de esos episodios tuvo como protagonistas a los Bomberos Voluntarios, que el 29 de abril —Día del Animal— intervinieron ante un principio de incendio en una escuela primaria de barrio Sabattini. El fuego fue rápidamente controlado y no se registraron víctimas humanas, pero el operativo dejó una imagen imborrable: el rescate de seis perros que se encontraban dentro del establecimiento. Equipados con máscaras y trajes ignífugos, los bomberos lograron sacarlos a salvo, reafirmando que la vocación de servicio no distingue especies. solidaridad.
El compromiso social también se expresó desde la juventud. Nicolás Ortiz y Leonel Miranda, dos barberos de apenas 17 años, comenzaron a recorrer comedores de la ciudad ofreciendo cortes de pelo gratuitos. Con la misma convicción, proyectaron llevar su iniciativa a geriátricos, donde el gesto va más allá de lo estético: es escucha, respeto y tiempo compartido. Una forma concreta de devolver, desde el oficio, algo a quienes más lo necesitan.
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Otro hecho que conmovió a la ciudad ocurrió a fines de julio, cuando un adolescente asistió a una vecina mayor que tenía dificultades para caminar. No solo la ayudó a bajar unos escalones, sino que, al advertir que tenía frío, se quitó su propio abrigo para ofrecérselo. No hubo cámaras ni reconocimientos formales. Días después, el buzo volvió a sus manos acompañado de un agradecimiento sincero y un afecto que habló por sí solo.
La solidaridad también se hizo presente en situaciones límite. En agosto, un bebé de dos meses logró ser estabilizado gracias a la intervención conjunta de una operadora del 911 y personal policial. A través de indicaciones telefónicas precisas, el padre pudo realizar maniobras de primeros auxilios hasta que el pequeño reaccionó y fue trasladado al hospital. La coordinación y la calma fueron claves para evitar una tragedia.
En octubre, el corazón solidario volvió a latir fuerte en Parque Virrey Este. Vecinos, instituciones y comercios se unieron para cumplir el sueño de una adolescente que deseaba celebrar sus quince años. La fiesta fue organizada en secreto y reunió música, cena, regalos y, sobre todo, un mensaje claro: cuando hay voluntad colectiva, los sueños también encuentran su lugar.
El año cerró con otro acto de entrega silenciosa. En diciembre, un bombero que se encontraba desayunando con su familia salvó a una niña se estaba ahogando en un local gastronómico. Su rápida reacción y la correcta aplicación de maniobras de desobstrucción permitieron que la menor recuperara la respiración antes de la llegada del servicio de emergencias. Formación, experiencia y vocación, puestas en práctica en segundos decisivos.
Historias distintas, escenarios diversos, protagonistas inesperados. Todas con un hilo en común: la solidaridad a la orden del día, como un acto natural. En tiempos complejos, estos gestos recuerdan que el compromiso con el otro sigue presente, muchas veces donde menos se lo espera.




