La relación internacional ente Basal y Europa, con Francia a la cabeza, está cada vez más tensa debido a los múltiples incendios en la Amazonia.
Horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anuncie la inclusión de esta “crisis internacional” en la cumbre del G7, París dio el viernes un paso más al advertir que podría bloquear el acuerdo de Mercosur por las “mentiras” del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en materia de compromisos medioambientales.
Macron planteó que Bolsonaro mintió durante la cumbre de Osaka –G20- debido a que “el presidente de Brasil ha decidido no respetar sus compromisos sobre el cambio climático ni actuar en materia de biodiversidad” cláusula que Francia considera innegociable para ratificar el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. “En esas condiciones, Francia se opone al acuerdo de Mercosur tal como está” informaron desde la presidencia francesa.
Irlanda también se sumó a la amenaza parisina y si bien no es una cuestión unánime porque España no comparte tal decisión, constituye una advertencia que debería llegar alta y clara hasta Brasilia.
También Dublín anunció que está dispuesto a bloquear el acuerdo con el Mercosur si Brasil no cambia de actitud. “No hay forma de que Irlanda apoye un tratado de libre comercio si Brasil no cumple con sus obligaciones medioambientales” dijo el primer Ministro Irlandés, Leo Varadkar.
Sin embargo y para sumar otra arista al conflicto internacional que suscita lentamente, Madrid afirmó que no está de acuerdo con las amenazas de París y Dublín.
El Gobierno de Pedro Sánchez, uno de los principales impulsores del acuerdo, rápidamente aseguró que España no comparte el movimiento franco-irlandés y que considera “equivocado” mezclar el debate de la conservación de la Amazonia con un pacto comercial que se convertirá en el mayor de la historia para el bloque comunitario por el volumen de intercambios.
En cualquier caso, por el momento no son más que eso, amenazas, ya que el proceso de ratificación del acuerdo es todavía largo: la Comisaría de Comercio de la UE calcula que el tratado no entrará en vigencia hasta dentro de dos años.
Fuente: El País
