Coco Gómez fue todo un personaje en la ciudad. Su fallecimiento lo llora el mundo de la música, pero también el del fútbol. Falleció ayer, luego de sufrir una prolongada enfermedad.
Durante toda su vida, Coco Gómez se dedicó a ser amigo de sus amigos. De espíritu siempre positivo, supo rodearse de gente que lo acompañó en cuanta aventura se propuso. Su DNI dice que se llamó Severo Horacio Gómez, pero la vida le puso el sobrenombre de «Coco» por el que lo conocería todo el mundo.
Fue futbolista, en el recordado River Plate de barrio Gallego. Allí compartió equipo, por ejemplo, con los hermanos Arana. Por solo nombrar algunos. Como si fuera poco, fue arquero de una de las grandes formaciones de Sportivo en Liga Cordobesa, dirigido por el Maestro Bútori.
En los viejos campeonatos de barrio integró un gran equipo de amigos que se cansó de ganar partidos y campeonatos. Más tarde, entre otros rumbos, el fútbol lo llevó a ser uno de los históricos primeros árbitros que tuvo el Club Anglo Viejo. «¡Coco! ¡Cinco finales!», histórica indicación que llegaba desde la mesa de control avisándole que se jugaba el último tramo del partido, cronometrizado.
Pero en materia deportiva, Coco Gómez fue un hombre que no solo jugó al fútbol. Formó parte de la mejor época del basquet local, defendiendo los colores de Vélez Sarsfield, y ganando varios campeonatos con la entidad de barrio Norte.
La música, su otra gran pasión
Coco Gómez fue folclorista, y de los buenos. Integrante de la formación original de Los Runa, tuvo el privilegio de debutar en el Cine Monumental, una noche a sala llena. Más tarde, con su bombo y su voz fue parte fundamental de Los Cantores de Paravachasca, otro grupo mítico del folclore local.
Así era Coco, rodeado de amigos. Con bombo, guitarras, buenos momentos. Ayer se nos fue. No sabemos bien si a jugarse un partidito con viejas amistades, o a hacerle el repiqueteo a alguien en alguna peña del cielo. Se nos fue. Tenía 85 años bien vividos, bien disfrutados. En Alta Gracia, ya lo estamos extrañando.
Que en Paz descanses, querido Coco. Gracias por todo lo que nos diste.
