Su documento de identidad daba a conocer su nombre: Rubén Membribe, pero para todos en Malagueño era simplemente «Pirucho».
«Pirucho» tuvo una larga trayectoria dentro de la música popular cordobesa. Más de 50 años en los escenarios lo acreditan como uno de los históricos del cuarteto cordobés. Tanto que allá por 1983, cuando la Mona Jiménez tuvo que operarse, fue quien lo reemplazó en el Cuarteto de Oro.
En forma paralela, en Malagueño tenía su Cuarteto Universal, creador de muchos éxitos a lo largo de los años. Fue forjando luego una firme carrera como solista. «El único con Piripipí», «Simplemente Pirucho» fueron algunos de sus discos.
Su último show fue en el Club Los Gigantes, el sábado de Pascuas en abril pasado. Cada vez que se presentaba en la plaza de Malagueño, disfrutaba porque veía a «su» gente repletar el lugar y disfrutar con su voz y su música. Fue muy amigo del Negro Pelusa con quien compartió inolvidables momentos. Tuvo su mejor momento en los años 80 y 90, pero su vigencia llegó hasta estos tiempos, convirtiéndose en un artista de culto dentro del cuarteto.
Pero más allá de su rica trayectoria artística, Rubén (o Pirucho) fue un amigo de todos. Fue empleado municipal, manejando el camión recolector durante 17 años. Estaba casado y tenía 3 hijos (su hijo Gastón fue su mano derecha y a la vez director de su banda). Un vecino muy querido y respetado en Malagueño, una localidad que hoy está llorando su partida.
Rubén Membribe, «Pirucho», tenía 71 años. Que en paz descanse.
