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Avícola Mi Granja: cuando cocinar más que un trabajo es una pasión

Avícola Mi Granja: cuando cocinar más que un trabajo es una pasión

La familia Zampedri es una tradición en el arte gastronómico de Alta Gracia. Desde hace décadas ponen a consideración sus productos elaborados, y sus pollos a las brasas son famosos en toda la ciudad. Pasar por la Avenida del Libertador y no tentarse con el aroma que surge de las grandes parrillas es casi como no vivir en Alta Gracia.

Pero no es la única especialidad de la casa. En cada fecha patria, o en feriados especiales como el 1 de mayo, Mi Granja Avícola -que así se denomina el negocio familiar que mantiene una vigencia de casi 25 años- pone a consideración del público un exquisito locro que, sumado a las empanadas, hacen un combo perfecto para esos días.

Avícola Mi Granja: cuando cocinar más que un trabajo es una pasión
Gustavo le pone garra, pasión y secretos al mejor locro de la ciudad.

 

AGNoticias pidió permiso y se «metió en la cocina» de los Zampedri, para conocer algunos detalles del tan mentado locro que preparan.

«Para hoy (25 de mayo) hemos preparado locro para 600 porciones, que es lo que calculamos vender entre los encargues y la gente que viene el mismo día. Es un trabajo que lleva muchas horas, pero que lo hago con esmero porque cada porción es una carta de presentación ante los clientes», cuenta Gustavo, quien tiene a su cargo comandar la tarea de elaborar el locro.

 

En las bateas, en las mesadas y en las gigantescas ollas se puede ver todo el trabajo previo a la cocción. Hay que cortar los ingredientes, hay que conocer las proporciones justas, y hay que saber cuándo y cómo aderezar esta comida. Secretos todos que -obviamente- no serán revelados por Gustavo que desde hace años perfecciona esta receta personal que tanto éxito tiene entre los clientes.

¡Cuántas cosas! «Son 60 kilos de zapallo, 30 kg de patitas de cerdo, otros tantos de cueritos de cerdo, 30 kg más de huesitos de cerdo, van 45 kg de mondongo, 60 kg de carne, 27 kg de chorizos… a eso agregale 20 kg de maíz y otros tantos de porotos», nos cuenta Gustavo mientras maneja el cuchillo como el mejor trozando y cortando los ingredientes.

Avícola Mi Granja: cuando cocinar más que un trabajo es una pasión

Luego, la mano personal del cocinero hará la diferencia. La previa muestra una cocina trabajada con esmero. El 25 de mayo, desde el mediodía, Mi Granja Avícola se llena de clientes que -cacerolas en mano- buscarán la tan preciada comida para adornar sus mesas de fecha patria. Ya allí los atenderá, incansable, Lorena, con la sonrisa dispuesta de siempre. Las cacerolas se acumulan, los tuper llegan uno tras otro. El salón se llena de voces que piden, que preguntan, que buscan… la mesa está servida y sólo falta llevar el manjar a casa.

Avícola Mi Granja: cuando cocinar más que un trabajo es una pasión

La jornada terminará con Gustavo, Lorena y toda la tropa cansada, pero satisfecha. Una vez más, Alta Gracia habrá podido disfrutar de un plato típico, elaborado con pasión, cariño, calidad y calidez. Las fechas patrias dan para tradiciones, y ésta es una de ellas.

 

 

 

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