La Selección Argentina jugó un partido que rayó en la perfección y goleó a Italia 3 a 0, quedándose con la Finalissima 2022. Goles de Lautaro Martínez, Angel Di María y Paulo Dybala.
Con una actuación que da lugar a la ilusión, Argentina se presentó ante el Campeón europeo, y no dejó dudas acerca de su superioridad. En un partido que le perteneció de inicio a fin, marcó diferencias en todos los sectores del campo de juego.
De Argentina fueron los rebotes, las pelotas divididas, las mejores jugadas… y los goles. De Argentina fueron los pasajes de fútbol de categoría, con actuaciones soberbias de jugadores como Di María, Messi o Martínez.
Pero no fueron los únicos. Romero en el fondo, Lo Celso y De Paul en el medio comandaron un equipo solidario, concentrado y de altísimo nivel de rendimiento que certificó hasta el minuto 94 que fue, por escándalo, el mejor de los dos en cancha.
Observando el partido, a nadie podía haber sorprendido si la diferencia final hubiera sido aún más amplia. Un par de buenas atajadas de Donnarumma impidieron que el marcador final rayara en el escándalo.
Una victoria enorme que invita a soñar en lo que vendrá. Un rendimiento a pleno que aparece solo a meses del Mundial, y frente a un rival europeo que -aún llegando golpeado al partido- tiene nivel y blasones como para valorar aún más la victoria.
La Selección Argentina pasó a ser un grupo de jugadores que rodeaba a Messi para convertirse (hace rato ya) en un equipo que tiene juego propio y que además, tiene a Lio como abanderado y guía. El recambio está dando sus frutos en el tiempo y en el momento que debía darlos. Y de la mano de un Scaloni por quien casi nadie daba dos monedas cuando inició su ciclo.
Soñar es hermoso. Y cuando los sueños se basan en rendimientos como los mostrados en Wembley, soñar se convierta, además, en un maravilloso derecho.
