En la Escuela Rural Ataliva Herrera de Despeñaderos, alumnos han desarrollado un innovador sistema de riego automatizado como parte del Programa Municipal de Robótica y Programación Educativa.
La Escuela Rural Ataliva Herrera de Despeñaderos está llevando a cabo un proyecto que combina educación, tecnología y conciencia ambiental. A través del Programa Municipal de Robótica y Programación Educativa, los alumnos de la escuela han desarrollado un innovador sistema automatizado de control y riego. Promete marcar un antes y un después en el cuidado del entorno.
Este proyecto no solo representa un avance en la aplicación de nuevas tecnologías en un ámbito educativo rural, sino que también se integra con la iniciativa “Cuidando el lugar donde vivimos”. Un programa diseñado por la propia escuela para fomentar la responsabilidad ambiental entre los estudiantes. El objetivo es claro: utilizar la tecnología no solo como una herramienta de aprendizaje, sino como un medio para hacer del mundo un lugar mejor.
El sistema de riego automatizado, que ya está en funcionamiento, emplea sensores para medir la humedad en la tierra. Cuando los niveles de humedad descienden por debajo de un umbral establecido, el dispositivo acciona los regadores de forma automática, asegurando que las plantas reciban el agua necesaria sin desperdiciar recursos.
Las docentes expresaron que en este proyecto trabajan no solo el cuidado del ambiente, sino que incluyen la robótica educativa y la programación. «Es un subproyecto y el objetivo es crear conciencia ambiental en todos y que los estudiantes sean los multiplicadores de estas acciones. En este mundo tan castigado y tan contaminado, desde este pequeño lugar que ellos puedan multiplicar estas acciones y llevarlo a su casa».
Todo esto demuestra que es posible integrar la tecnología en la educación de manera significativa. Este proyecto no solo dota a los estudiantes de habilidades técnicas, sino que también siembra en ellos la semilla de la conciencia ambiental y la responsabilidad social. Con iniciativas como esta, Despeñaderos se posiciona como un ejemplo de cómo la educación puede transformar comunidades y contribuir al desarrollo sostenible.