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24 de mayo: El día que Belgrano juró tirar al virrey por la ventana si no renunciaba

24 de mayo: El día que Belgrano juró tirar al virrey por la ventana si no renunciaba

Con la caída de la Junta de Sevilla a manos de los franceses y el descontento de los criollos con la aristocracia española, la revolución estaba a la vuelta de la esquina.

La situación en el Virreinato del Río de La Plata ya no era el mismo desde hace mucho tiempo. Con la defensa de la ciudad de Buenos Aires en las invasiones inglesas de 1806 y 1807, los criollos se dieron cuenta quien realmente tenía el poder, más allá de los títulos y nombramientos.

Las ideas liberales ya rondaban por las calles de Buenos Aires, pero la invasión napoleónica que derrocó al rey Borbón, Fernando VII, fue la bomba que inquietó a los españoles en América y dio lugar al plan de la «máscara monárquica» de los criollos.

El 13 de mayo de 1810 llegó la noticia que confirmó los rumores: La Junta Central de Sevilla, a quien respondían las colonias, había caído. El virrey Cisneros advirtió que se crearía una nueva regencia americana en representación de Fernando VII y en defensa de la Corona. Pero la Junta que lo había nombrado había desaparecido y los patriotas creyeron que era momento de convocar a un Cabildo Abierto que discutiera los pasos a seguir.

El 21 de mayo, una multitud, encabezada por Domingo French y Antonio Luis Beruti, se reunió con las armas en la mano para exigir el Cabildo Abierto y la renuncia del virrey. Llevaban el retrato de Fernando VII y una cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española. El Jefe del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, logró calmar los ánimos, pero la convocatoria para el día siguiente era un hecho.

El 22 de mayo, “la parte más sana y principal del vecindario” concurrió al Cabildo. Como el día anterior, la plaza estaba llena, esperando los resultados de las acaloradas discusiones que duraron 15 horas.

Se discutía qué hacer tras haber caído Sevilla en manos de los franceses. Los defensores del statu quo, entre quienes se encontraban el obispo Benito de Lué y Riega y el fiscal Manuel Genaro Villota, sostenían que los americanos debían obediencia a los españoles. Pero los criollos, en boca de Juan José Castelli y Juan José Paso, exigían la conformación de juntas autóctonas, porque consideraban que, desparecido el rey, el poder había regresado al pueblo.

Se votó en la noche del 22 y el 23 por la mañana se realizó el conteo de votos. Triunfó ampliamente la opción de deponer al virrey y delegar el poder en el Cabildo. Sin embargo, ese mismo día el Cabildo daría su golpe contrarrevolucionario. Nombraron una junta presidida por al virrey depuesto, algo que concretaría el 24 por la mañana y que resultaría inadmisible para los partidarios del cambio.

La junta propuesta por el Cabildo se componía, además de Cisneros, por una vocalía integrada por Cornelio Saavedra y Juan José Castelli (criollos) y el párroco de Monserrat, Juan Nepomuceno Solá, y el comerciante José de los Santos Inchaurregui (españoles). De inmediato, cundió el descontento general. Castelli y Saavedra, que no habían sido siquiera consultados, renunciaron a integrar la junta, y patricios y Arribeños tomaron las armas. Recomenzaron así las discusiones de los patriotas.

En la fecha del día 24, recordamos la reacción de Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, en casa de Nicolás Rodríguez Peña, cuando juró arrojar por las ventanas al virrey Cisneros si no era apartado derrocado. De más está decir que las palabras de Belgrano “fueron acogidas con fervoroso aplauso”, como recuerda Tomás Guido en su “Reseña histórica de los sucesos de Mayo”.

“¡Juro a la patria y a mis compañeros que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey (Cisneros) no hubiese sido derrocado; a fe de caballero, yo lo derribaré con mis armas!” “¡Juro a la patria y a mis compañeros que si a las tres de la tarde del día de mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por las ventanas de la fortaleza!

Manuel Belgrano

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

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