La violencia obstétrica sigue siendo una lamentable realidad para muchas mujeres. A pesar de los avances en derechos humanos y salud reproductiva, prácticas abusivas en el parto persisten, afectando tanto la salud física como emocional de las madres. AGNoticias dialogó con Clarisa Tell, licenciada en psicología, quien explicó más de este tema crucial.
La Ley 26.485 de protección integral define la violencia obstétrica como aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales.
Clarisa explicó que es muy común que las pacientes no reciban la información adecuada. «Es de público conocimiento la demanda en los centros de salud, lo que obliga a muchos médicos a responder a una agenda con una cantidad fija de turnos por día, lo que en algunos casos hace imposible dedicar el tiempo valioso necesario para resolver las dudas propias de cada embarazo.«
Teniendo en cuenta esto, prácticas innecesarias como tactos vaginales realizados por diferentes personas, parir en posiciones incómodas existiendo alternativas, técnicas de aceleración del parto sin una causa justificada, ignorar el pedido de contacto piel con piel después del parto u obstaculizar la lactancia por falta de información o tiempo, son frecuentes.
El plan de parto
Muchas familias desconocen la existencia del llamado Plan de Parto, donde se puede acordar con el médico cómo se llevará a cabo el parto y las prácticas médicas involucradas. Esto ha llevado, en muchos casos, a que la mamá se sienta frustrada por no haber podido quedarse con su bebé en los momentos posteriores al parto. Llegar a una cesárea sin necesidad, porque los indicadores no siempre representan un riesgo real para la mamá o el bebé, es otra preocupación.
Según la Declaración de la OMS, la tasa de cesáreas por país no debería ser mayor al 15%. En Argentina, asciende al 35%, y esta cifra aumenta año tras año. Desde el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP) explican que “hay muchas embarazadas y bebés que son innecesariamente expuestos a los riesgos asociados a las cesáreas”. Y señalan: “Cuando una cesárea tiene justificación clínica, su aplicación disminuye la morbi-mortalidad materna y perinatal. Pero cuando aumentan sin justificación clínica, también aumenta la morbimortalidad”.
Formas comunes de violencia obstétrica
Al dialogar con Clarisa acerca de las formas comunes de violencia obstétrica, ella habló de impedir el acompañamiento durante el embarazo y el parto, ya sea natural o por cesárea. El acompañamiento de un familiar o una doula es esencial.
En casos de embarazo de riesgo, han existido situaciones comprobadas por la ley y otras tantas que no llegaron a ser denunciadas. Faltó información sobre el tratamiento, los pasos a seguir o las alternativas posibles para evitar cualquier problema en la salud del bebé y la mamá. «Muchas mujeres expresan la falta de información y asesoramiento; sus dudas y emociones son minimizadas y sus deseos son juzgados o desestimados.»
¿la violencia obstétrica es un tema tabú en la sociedad?
Respecto al desconocimiento de la violencia obstétrica, Clarisa dio su punto de vista. «Desde mi lugar profesional y personal, considero que el objetivo debería ser promover la salud. Ese es mi lema. Si se trabajara en campañas de información, capacitación al equipo médico sobre la parte más humana y natural del proceso fisiológico que es el parto; si se hablara en los medios sobre la Ley N° 25.929 de Parto Respetado; si las mujeres desde el día uno del embarazo tuvieran acceso a esta información y conocieran sus derechos; si se realizaran controles en centros de salud y se regulara lo que dice la OMS, no tendríamos la necesidad de hablar de violencia obstétrica.»
En cuanto a datos certeros, el 80 por ciento de las mujeres atraviesa una tristeza posparto, ya que este es un momento muy complejo donde las emociones están a flor de piel. Si a esa catarata de emociones le sumamos haber atravesado hechos de violencia obstétrica, estamos ante otro tipo de consecuencias psicológicas, como depresión, sentimientos de culpa, frustración, dificultad en el vínculo con el recién nacido, alteraciones emocionales como estrés, cambios en el autoconcepto, afectación de la autoestima o sentimientos de soledad, entre otros síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático.
Ley de parto respetado
Ante todo, la gente debe saber que existe una Ley de Parto Respetado. Desde 2004, Argentina cuenta con la Ley 25.929 de Parto Humanizado. Esta reglamentación prevé que se respeten los tiempos biológicos y psicológicos de las mujeres, que cuenten con asesoría sobre las distintas intervenciones médicas y participen en la toma de decisiones. Además, pueden elegir a la persona que estará presente durante el trabajo de parto y postparto, y recibir información sobre la salud del recién nacido.
Deberían existir más campañas y espacios enfocados en la prevención, en términos ideales. También está disponible la Línea 144 o el WhatsApp al (+54-11) 2771-6463 para llamar y obtener asistencia, contención y asesoramiento ante situaciones de violencia obstétrica y otras violencias de género.