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Un mimo a la historia misma de la ciudad: se inauguró el Paseo de la Cisterna

Un mimo a la historia misma de la ciudad: se inauguró el Paseo de la Cisterna

El Paseo de la Cisterna es mucho más que un nuevo espacio recuperado para los vecinos y visitantes de Alta Gracia. El lugar es historia viva de la ciudad y su puesta en valor tiene un significado muy especial.

El atardecer de un bello viernes casi primaveral fue el marco perfecto para que se dejara inaugurado el Paseo de la Cisterna. Lo que hasta hace poco era un baldío en pleno centro, dejó de serlo. Pasa así a ser un nuevo espacio de esparcimiento que además reúne cultura e historia.

«Este espacio forma parte de un proyecto con planificación. Con etapas y con un objetivo claro: consolidar a Alta Gracia como capital cultural, turística y patrimonial de Córdoba«, expresó el intendente Marcos Torres. Por otra parte, destacó la importancia que tiene la tarea desarrollada en conjunto entre el capital privado y el Estado a la hora de revalorizar un sitio como el que se inauguró.

Historias del agua

La vieja cisterna, que almacenaba el agua que consumía la entonces Villa de Alta Gracia comenzó a funcionar en 1907, durante la gestión de Domingo Lepri. Receptaba el agua que llegaba desde el arroyo a través de la acequia jesuítica. Fue, a decir verdad, la primera obra pública que realizó el municipio en toda su historia. Estuvo activa hasta 1942, cuando fue reemplazada por los nuevos filtros, en la zona del Golf.

Durante más de 80 años, estuvo tapada, rellenada con tierra, al igual que el piletón que hacía de filtro. Por sobre la superficie, los yuyos le fueron ganando a la historia y los viejos depósitos de agua quedaron en el olvido de casi todos. La iniciativa del Arquitecto Eduardo Salusso, con la decisión política de la Municipalidad hicieron que volvieran a tomar vida y hoy sean un novedoso, bonito y céntrico nuevo espacio para la gente.

«Elegí dejar que la cisterna hablara, como arquitecto me puse a pensar qué me diría y qué necesitaría para estar recuperada y por ese camino tomé para hacer la obra», expresó Salusso en su alocución.

El Paseo de la Cisterna es, desde hoy, un nuevo espacio recuperado para la ciudad y la gente. Pero además de un lugar de paseo, es un sitio que resume historia, cultura y patrimonio local. Un patrimonio que ahora deberá dar el próximo paso, que será recuperar y poner definitivamente en valor la acequia jesuítica para que sea incorporada al Patrimonio de la Humanidad junto a todo el casco histórico.

nakasone