La mujer de 25 años se presentó ayer por la noche en Anisacate con otra persona con la que tenía prohibido el contacto. Ambas quebraron medidas de restricción por violencia familiar y quedaron a disposición judicial.
Durante la noche de ayer martes, cerca de las 21 horas, se vivió un episodio inusual en la localidad de Anisacate: dos mujeres se presentaron en la dependencia policial local tras arribar en un vehículo de la plataforma Uber. Lo llamativo es que una de ellas, Marina Maldonado de 25 años, estaba siendo intensamente buscada desde el domingo 14. Fecha en que su familia había reportado su desaparición.
Lejos de tratarse de una entrega voluntaria convencional, el episodio tomó un giro legal inesperado. Al identificarlas, el personal policial confirmó que ambas mujeres tenían vigentes medidas de restricción mutua por un hecho de violencia familiar. Lo que implica una prohibición expresa de contacto entre ellas.
En consecuencia, ambas fueron inmediatamente aprehendidas por incumplir las disposiciones cautelares impuestas por la Justicia. Actualmente permanecen alojadas en la sede policial de Anisacate, a disposición del magistrado interviniente, que deberá evaluar los pasos judiciales a seguir.
Este tipo de situaciones, donde una persona buscada aparece por sus propios medios pero incurriendo en una nueva infracción, reabre el debate sobre el seguimiento efectivo de las medidas cautelares en casos de violencia intrafamiliar.
