El 10 de diciembre de 2015, Mauricio Macri asumió la presidencia argentina con un dólar a $9,75 y una inflación del 22%, la cual prometió bajar debido a que era la política económica “más fácil del mundo” y en donde sostenía que «la inflación es la incapacidad para gobernar”.
Dos años más tarde, luego de atravesar las elecciones de medio término en 2017, el dólar ya estaba cerca de los $18 y la inflación registrada era de tres puntos más elevados a cuando asumió su cargo. Hoy, a meses de que finalice el primer mandato de Macri, tenemos el dólar pisando los $45 y el índice inflacionario del 2019 superaría el %40, casi veinte puntos de diferencia a cuando obtuvo su cargo.
En plena campaña de 2015, Macri propuso un abanico de promesas que mejorarían la calidad de vida de los argentinos. Las principales, y por las cuales muchos electores confiaron en Cambiemos, fueron:
«Los trabajadores no van a pagar ganancias»: Sin embargo, la cantidad de empleados que cayó en el impuesto de Ganancias es superior a quienes lo pagaban desde que Macri llegó a la presidencia. Esto incluye a los jubilados que no pagaban ese tributo en 2015. Actualmente, cerca de 2 millones de personas fueron arrastradas a pagar el impuesto a las ganancias.
«El objetivo es lograr la pobreza cero»: Sin embargo, según un informe del Indec, en 2018, el número de personas pobres se elevó al 32%, es decir cerca de 14 millones de argentinos.
«No vamos a hacer ajustes»: Desde la gestión Cambiemos, Macri sacó los subsidios a los servicios, generando tarifazos en agua, luz y gas. Al mismo tiempo, también hubo recortes en los programas sociales y en los aumentos de pensiones a los jubilados.
“Vamos a crear trabajo, cuidando el que tenemos”: El trabajo fue uno de los pilares de la campaña electoral de Mauricio Macri, y también una de sus primeros escándalos al comenzar su gestión cuando se dieron olas de despidos masivos en los sectores público y privado. En su plataforma electoral había prometido la creación de “un millón y medio de empleos privados en los próximos cuatro años”, pero al día de hoy se han perdido 7.800 puestos de trabajo en comparación con finales de 2015.
“No vamos a devaluar”: Durante la campaña electoral, Macri afirmó que su gobierno no iba a devaluar la moneda, pero una de sus primeras medidas tras la asunción fue terminar con el cepo cambiario, que disparó el dólar con un aumento del 30%. Desde ese momento hasta ahora, el peso argentino se devaluó en un 82% con respecto al dólar, beneficiando a los sectores exportadores, en especial al campo y a los bancos, e impactando, negativamente, en los precios.
Desde el inicio de la gestión Cambiemos, el rumbo económico tomó un camino contrario al propuesto por Macri durante la campaña electoral. Bajo el lema de la “vuelta al mundo” y la “lluvia de inversiones” para recolocar a Argentina como alternativa de las finanzas internacionales, permitió la liberación del cepo cambiario. Esto tuvo como principal consecuencia que el Estado dejara de recaudar, debido a las bajas en las retenciones al sector agroexportador.
