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Luis Charras, a un año de haber nacido de nuevo, lucha por conseguir trabajo

Luis Charras, a un año de haber nacido de nuevo, lucha por conseguir trabajo

El 22 de enero de 2018 fue un día clave en la vida de Luis Charras. Un accidente, trabajando en lo alto de un poste de alumbrado público lo tuvo entre la vida y la muerte durante varios meses. Hoy, a poco más de un año de aquel fatídico día, charla con AGNoticias y cuenta su realidad.

Con la humildad de siempre, Luis Charras -«Luisito», como siempre le han dicho sus amigos- relata su pesadilla provocada por el accidente ocurrido cerca de la Rotonda Fangio.

«El accidente me cambió totalmente la vida. Por ahora, para peor. Yo soy una persona que siempre estuve acostumbrado a trabajar, toda mi vida me la gané trabajando», arranca contando Luis, apesadumbrado por no conseguir cómo ganarse la vida, pese a golpear varias puertas.

«La evolución, luego de tantas cosas, ha sido buena. Yo ahora camino, ando en bicicleta, me puedo movilizar. Eso es bueno. Teniendo en cuenta cómo estuve, es un avance», agrega.

Luis Charras recibió dos descargas eléctricas en su cuerpo mientras trabajaba para una empresa que realiza tareas para Epec. «El policía que fue el primero que me atendió en el lugar me dijo que yo estaba muerto, que no reaccionaba. Me dieron dos descargas, una me entró por la cabeza y me salió por los pies. La otra me entró por el pecho y me salió por los glúteos. Me prendí fuego, literalmente. Cuando llegó la ambulancia me revivieron, me canalizaron y me trasladaron. Todo esto lo sé porque me lo contaron, no me acuerdo de nada».

Charras estuvo seis días inconsciente en terapia intensiva del Instituto del Quemado, sin mejorías. «Cuando desperté me acordé que en mis sueños veía una cancha de fútbol. No entendía nada. Me desperté y tenía una sed bárbara y me acordaba solo de dos voces que me habían hablado. Una era de un amigo hincha de Belgrano con quien íbamos siempre a la cancha, y la otra, la de uno de mis hijos», recuerda.

Poco a poco fue mejorando hasta pasar a sala común. «Me trasladaron una noche, como a las dos de la mañana. Yo ya venía mejorando y necesitaban lugar en terapia. Le avisaron a mi mamá a esa hora… ¡imaginate recibir una llamada del Instituto del Quemado a esa hora! ¡pensás lo peor!, se llevó un susto bárbaro, pero en definitiva fueron buenas noticias».

Luis Charras, a un año de haber nacido de nuevo, lucha por conseguir trabajo
Luisito, luego del accidente y los meses de recuperación ya puede caminar y andar en bicicleta. Necesita y quiere trabajar.

Al traslado a sala común le siguieron varios pasos. El apoyo desde lo psicológico, las cirugías, los injertos («tuve dos meses en sala común, y día por medio me llevaban a sala de operaciones»). Como consecuencia del accidente, perdió cinco dedos de sus pies y ahora usa calzados especiales para poder caminar y mantener el equilibrio.

Habiéndose recuperado de lo peor, ahora el tema pasa por otro lado. La vida continúa, y Luis tiene que sostener a una familia. Conseguir trabajo no es fácil para nadie, y menos para quien está saliendo de una situación como la que él ha sufrido. Ni la empresa para la que trabajaba, ni la Epec ayudaron en ningún momento en su recuperación. Paradójicamente, Epec le cortó la luz por falta de pago.

«Te volvés loco. Quiero conseguir trabajo y no consigo. Soy una persona que me doy maña para muchas cosas. Me hablaron de emprendimientos para hacer en casa, pero no tengo capital para arrancar con nada. No tener para comer, ni hablar para el alquiler, te pone muy mal. Tengo una ayuda desde la Municipalidad, pero no alcanza. Además, me lo quiero ganar yo, quiero trabajar. Lo que sea me sirve.», cuenta Luis Charras.

Luis es un agradecido a Dios y a los médicos por haber vuelvo a vivir luego de aquel terrible 22 de enero. Pero está desesperado por conseguir trabajo. «No te niego, hubo días en que pensé hacer lo peor, pero luego me dí cuenta que el camino es luchar. Luchar por mí, por mis hijos, mi familia, mis nietos. Seguir poniéndole el pecho a la vida como siempre lo he hecho. Pero creeme que es difícil», cierra la charla Charras.

Luis Charras luchó por su vida, y le ganó a la muerte. Ahora, la siguiente batalla es pelear el día a día para llevar pan a la mesa. Una empresa en la que debiera tener más aliados para conseguir triunfar.

 

 

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