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Crónicas al Voleo

Elvis está vivo, Paul está muerto

Elvis está vivo, Paul está muerto

Por Germán Tinti

 

El relato indica que el 9 de noviembre de 1966, Paul McCartney salió furioso de los estudios Abbey Road, se subió a su Aston Martin y arrancó con rumbo desconocido. A los pocos minutos, un supuesto agente del Servicio Secreto Británico que se dio a conocer simplemente como “Maxwell” se presentó en los estudios de grabación ubicados a unos pasos de Regent’s Park, en la zona central de Londres. El misterioso personaje les informó que el bajista había sufrido un accidente y fallecido en el mismo.

Elvis está vivo, Paul está muerto
¿Paul o Williams?

 

A partir de ese momento se produjo un verdadero tsunami de acciones. Inmediatamente Brian Epstein convenció a todos los involucrados de mantener el tema en un estricto secreto, al tiempo que organizó un concurso de “Dobles de Paul” que duró unos pocos días, arrojó un ganador, un segundo premio y un elegido que no fue publicado. William Campbell tenía un enorme parecido físico con el finado, era zurdo y ¡tocaba el bajo!

En tiempo récord, Campbell aprendió todo el repertorio de The Beatles y se puso a componer canciones con el estilo de su suplantado para llegar a iniciar la grabación de “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” el 20 de noviembre.

Después vengan a hablarme de eficiencia.

Elvis está vivo, Paul está muerto

La biografía de Willam Campbell indica que nació en Quebec (Canadá) y que hasta que tomó el lugar de Paul trabajó de Policía. Pero vemos también que es el autor de canciones como “Penny Lane”, “The fool on the hill”, “Blackbird” y “Let it be”, entre otras.

No existe ningún registro de nada de lo afirmado precedentemente, pero existen indicios, pistas y deducciones que confirmarían que la persona que el 15 de mayo de 2016 saludó a una multitud reunida en el Estadio Mario Kempes con un coloquial “hola culiados” no era Paul McCartney. Devolveme la plata, Palazzo.

Elvis está vivo, Paul está muerto
Paul saludando a los cordobeses, con su particular estilo. ¿Paul?

Como quedó dicho, no hay certificado de defunción, no hay informe policial ni actuaciones judiciales por un accidente automovilístico en el que falleció una de las estrellas más importantes del mundo. Pero se ve que a esta gente le cuesta mantener los secretos y van dejando indicios, o al menos es lo que algunos creen descubrir tras hacer intrincados y caprichosos silogismos y dar por ciertas cuestiones sin ningún fundamento.

Estas interpretaciones lleva a muchos a ver el supuesto mensaje oculto en la tapa del disco Abbey Road, del que por estos días se cumplen 50 años de su edición. En ella puede verse la célebre fotografía del paso cebra. Quienes dicen que Paul estaba mirando crecer las flores desde abajo tres años antes de este disco, insisten que el hecho que el bajista esté descalzo y con un cigarrillo en la mano derecha es un inequívoco signo de su paso a mejor vida. Además John va de blanco, Ringo de negro y George de jeans, lo que convertiría a los “fab-four” en un cotejo fúnebre minimalista. También se utiliza el viejo recurso de pasar las canciones al revés y detectar de ese modo mensajes ocultos. Se supone que en ellos John dice una y otra vez que Paul está muerto, que lo extraña, que no lo extraña, que lo ama, que lo odia… Más que de la muerte de “Macca” habría que profundizar en la bipolaridad de los mensajes subliminales de Lennon.

Elvis está vivo, Paul está muerto

La bizarra portada del compilado “The Beatles – Yesterday and today” muestra al cuarteto con guardapolvo blanco, muñecos decapitados y cortes de carne. Paul está con la cabeza de un muñeco en su falda: eso sería un inequívoco indicio de que había muerto decapitado. El detalle de que ese disco haya sido publicado varios meses antes de su supuesta muerte parece no tener ninguna importancia.

Y así como para esta gente Paul estaría muerto, para otros Elvis está vivo.

Porque todo el mundo sabe que Elvis Presley -lo dice Wikipedia y el Rincón del Vago- la palmó en 1977 luego de colarse un contenedor de pastillitas de colores.

Ok. Eso es lo que dicen los papeles y la “historia oficial”. Pero lo cierto es que luego de aquel fatídico 16 de agosto, el muchacho del jopo y las camisas con solapas gigantes se convirtió en uno de los muertos con mejor salud en la historia.

Elvis está vivo, Paul está muerto

Buceando en Internet, leyendo viejos diarios y revistas y mirando documentales en Youtube o History Channel, se puede encontrar miles de testimonios, indicios, pruebas y sospechas (todo mezclado y sancochado) de que el deceso de uno de los probables progenitores del rock and roll haya sido simulado, por razones que van desde el deseo de vivir una vida tranquila lejos de la fama hasta el cambio de identidad por ingresar al “Programa de protección de testigos”.

Algunas de las razones que esgrimen estos muchachos para afirmar sin ponerse colorados que Elvis no murió, son las siguientes: en su tumba, aparecería su segundo nombre como «Aron», con una sola A; en vez de «Aaron», con dos A, que era lo correcto. Como cualquiera sabe, que falte una letra de tu segundo nombre en tu lápida es indicio inequívoco de que estás vivo. No obstante esta indiscutible prueba, cualquiera puede ver en diversas fotografías (ni siquiera hace falta ir hasta Graceland) que dice “Aaron”. Google se ha convertido en un difícil escollo para los fans de las teorías conspirativas.

Elvis está vivo, Paul está muerto

El peso parece ser un dato irrefutable. Según algunos, antes de morir, el cantante pesaba 250 libras (casi 115 kg), pero en su certificado de defunción figuran “solamente” 170 libras (o sea, poco más de 77 kg). De esto podemos concluir que, o bien el alma pesa más de 21 gr. (como erróneamente propone una famosa película) o que el tipo la haya palmado después de ir de cuerpo. O que el antomopatólogo no fue muy riguroso al anotar el peso del cadáver. O que está vivo.

El certificado de defunción original habría desaparecido. Lo mismo pasó con el certificado de defunción de mi nono, razón por la cual sospecho que está vivo y que es Elvis Presley.

Pero además de estas “razones”, millones de personas afirman haberlo visto con vida con sus propios ojos –los de esos millones de personas, no los de Elvis. Algunos de esos lugares donde el astro fue visto con vida mucho después de ser enterrado son: una gasolinera en Montana, un supermercado en Cambridge, saliendo de un local de «Pizza Hut» en Southampton, Inglaterra, en una oficina en Oslo, leyendo poesía en la Penn State University (o sea, la Universidad de Pennsilvania), haciendo dedo en Texas, manejando un camión en Tasmania…

Lo cierto es que todo parece indicar lo contrario. Paul –¡qué alegría!– sigue dando muestras de estar bien vivo y Elvis –que tristeza– no.

nakasone