Hace algunos días cronicábamos un episodio policial cuyo protagonista, como víctima de hurto, era el Dr. Pedro Polacov. Aquel día, una mujer, en la puerta misma de su domicilio, le había robado unos audífonos.
La crónica terminó con la denuncia de Polacov y la captura de la mujer a pocas cuadras del lugar del hecho. Pero la historia tuvo un giro que no se conoció sencillamente porque el propio médico en su humildad, no lo dio a conocer, aunque merece la pena ser contado.
Una vez en la comisaría, Pedro vio a la mujer que la llevaban esposada. Se dio cuenta que ésta tenía una discapacidad (era sordo muda) e inmediatamente pidió que se la liberara, y automáticamente retiró la denuncia.
Un par de días más tarde, una persona que tiene a su cargo a esta mujer fue por la casa de Polacov, a agradecer y a pedir disculpas. La mujer en cuestión, de 40 años sufre de sordera y además alguna otra discapacidad que hace que tenga que estar al cuidado de terceros. Pedro, ante este panorama, se puso inmediatamente a disposición de esta persona.
Entregó al cuidador de la mujer un juego de audífonos para que sean evaluados y adaptados para su uso (cada paciente tiene sus propias necesidades) y le consiguió un turno con médico especialista para que la revisara y le adaptara los adminículos.
Asimismo, se puso en contacto con otros profesionales para que la mujer pueda realizarse una audiometría y así llevar adelante el tratamiento que necesita para poder sobrellevar su problema. «No se haga problema, yo me hago cargo de todo», le dijo Pedro al hombre que lo visitó que -entre asombrado y feliz- no podía dar crédito a lo que estaba escuchando.
Un gran gesto el de Pedro Polacov. Que lo enaltece aún más, aunque no sorprende ya que todos en la ciudad conocemos el don de gente y el amor por los demás que ha demostrado desde hace décadas desde su puesto de médico.
