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Coronavirus en las cárceles: cómo gestionan otros países el avance de la pandemia

“En el mundo, muchos gobiernos han dispuesto libertades tratando de minimizar ese riesgo en las cárceles. Algunos han conmutado penas, otros han indultado condenas y otros han dejado el tema en manos de la Justicia» sostuvo el Presidente sobre la liberación de detenidos.

Alberto Fernández dejó su posición sobre este polémico tema por medio de Twitter. Y de paso, buscó desmentir que el Poder Ejecutivo Nacional aliente una política de liberar de las cárceles detenidos sin ningún control.

En su mensaje a través de las redes sociales, fue muy claro hacia qué poder del Estado se debe dirigir el control social: “La solución del problema está en manos de los tribunales”.

El presidente, al mismo tiempo, recordó que este mismo debate que hoy ocupa la actualidad política se replica en distintas partes del mundo, donde muchos gobiernos han dispuesto libertades de detenidos para minimizar los riesgos de contagio.

 ¿Qué es lo que realmente está ocurriendo en las cárceles de otros países?

Estados Unidos

Es el país que más casos tiene de enfermos y muertos por coronavirus. Pero también, el de mayor población carcelaria mundial.

Son unos 2.300.000 presos en los Estados Unidos, lo que representa una tasa de 698 presos cada 100.000 habitantes. Más del doble de los contagiados de COVID19 (317/ 100.000 habitantes).

Por ese motivo se encaró un programa para liberar detenidos por razones humanitarias por la pandemia. De todos modos, el sistema federal reserva para los estados la capacidad de decisión.

Por ejemplo, en Nueva York, el porcentaje de contagios en la emblemática prisión de Rikers Island es del 10%. En la Ciudad, baja al 1,9%.

Ya en California, el sistema penitenciario planea liberar a unos 3.500 prisioneros no violentos, señalaro los funcionarios a comienzos de mes. El Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR) dijo que el primer grupo de prisioneros liberados serán aquellos con menos de 30 días para servir, seguidos de aquellos con menos de 60 días.

Detenidos elaboran mascarillas en una prisión de Estados Unidos.

Gran Bretaña

Oro país con gran número de detenidos: 81.500 personas. Por eso, en una primera etapa se decidió alivianar la población carcelaria permitiendo la salida de 4.000 reos.

La primeras personas elegidas para este régimen fueron las mujeres embarazadas o las que son madres y están con sus hijos en prisión.

Francia

Tiene su capacidad carcelaria superada. Hay 70.600 detenidos, unos 10.000 más de lo que deberían albergar los edificios carcelarios.

Por eso, mientras se evalúan los pedidos de libertad condicional, Francia inició un programa para la elaboración, en los propios penales, de barbijos y mascarillas. Además de recolocar a los detenidos en celdas individuales en donde fue posible.

Italia

Desde el 8 de abril, el gobierno concedió la libertad condicional a quienes se encontraban en un plazo de 18 meses o menos para cumplir su pena. La población carcelaria bajó de 63.000 a 51.000.

El gran desafío es evitar que con esta medida, los jefes de los clanes mafiosos puedan quedar en libertad y «desaparecer».

Presos piden en Italia medidas por el COVID-19.

Brasil

Al igual que los Estados Unidos, es uno de los países que mayor población carcelaria tienen en el mundo: 760.000 detenidos. Cuando la pandemia llegó al país, en varias prisiones se produjeron revueltas y motines para exigir libertades transitorias.

Por diferentes motivos «humanitarios», unos 30.000 detenidos de varias cárceles del país resultaron beneficiados. Los primeros para recibir esta libertad condicional fueron los condenados por delitos sin violencia y las mujeres con hijos, en un régimen especial dentro de los penales.

Pero una de las consecuencias directas de la pandemia es que las visitas tanto de abogados como de familiares, se suspendieron.

El 41% de los presos no tiene condena. El Tribunal Superior de Justicia, similar a nuestra Corte Suprema, dispuso que sea cada juez de ejecución quien decida los casos para conceder este beneficio.

En líneas generales, los casos de hechos graves como asesinatos, violaciones, violencia contra la mujer y, en muchos países, los actos terroristas, han quedado exentos de ese posible beneficio. Pero no ha sido así de manera perfecta. Tampoco en la Argentina. Por eso la polémica.

La policía controla una de las prisiones en Río de Janeiro.

Fuente: A24

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