Ubicada en San Pedro, Buenos Aires, la empresa JyS dejó a 80 trabajadores desempleados. Luego de una serie de audiencias realizadas en el marco de la conciliación obligatoria dictada en medio de un conflicto, la fábrica finalmente decidió cerrar sus puertas.
La firma registró una fuerte caída de producción, además no escapa a la crisis que vive actualmente el sector textil, motivada por la apertura de importaciones, el aumento de los costos y el derrumbe del consumo interno.
La empresa era una contratista que generaba prendas y proveía de indumentaria a marcas como Cheeky, propiedad de Juliana Awada.
Los trabajadores de JyS habían reducido su jornada laboral a tres horas diarias para continuar con sus fuentes de trabajo. Esto no fue suficiente para cambiar la realidad de la empresa, por lo que la comitiva directiva dio por finalizadas las negociaciones y audiencias realizadas en el ministerio de Trabajo de la Provincia.
Un grupo de empleados se cuenta acampando en la puerta de la fábrica en reclamo del pago de 100% de las indemnizaciones. Sin embargo, desde la firma la primera oferta fue el pago de apenas el 30% de lo que estipula la ley.
