Todo comenzó cuando durante la tarde del miércoles, dos personas que transitaban por las márgenes del Tajamar, dieron con una tortuga de buen tamaño, que se dieron cuenta que estaba por desovar. Llamaron a la Secretaría General y de Ambiente, y pronto se hicieron presentes en el lugar empleados de esta área.
De acuerdo a lo explicado por el titular de esta cartera, Roberto Urreta, ésto fue lo que sucedió: “Encontramos una tortuga de las pocas que quedan en el Tajamar, que estaba buscando un sitio donde poner sus huevos. Peligrosamente, andaba muy cerca de la calle, entonces se le agregó arena para que pusiera los huevos. Los depositó en la arena y los tapamos un poquito más, y vamos a poner un tejido para ver si existe la posibilidad de que esos huevos se transformen en tortugas”.
Un hecho simple, que por allí no lo es tanto, pero que a todas luces muestra y demuestra que debemos cuidar nuestros ecosistemas, por pequeños que nos parezcan. Y el del Tajamar es uno de ellos.
