Llega AG Verde a los domingos de AG Noticias. Esta columna está pensada para hablar de plantas, árboles y naturaleza, homenajeando al mundo verde que nos rodea día a día. En esta ocasión, te contamos los efectos de la lluvia en nuestras plantas y en nosotros mismos.
La lluvia limpia las plantas llegando a quitar todo el polvo que puede acumular durante los días más secos o de calor. Esto ayuda a la planta a oxigenarse y a respirar mejor. La lluvia además crea un ambiente húmedo óptimo para las plantas de tu jardín.
Por lo general el agua es levemente ácida, ya que contiene dióxido de carbono disuelto que produce un ácido carbónico muy débil. Después de la lluvia, la alquimia de las plantas absorbe el dióxido de carbono de la solución ácida del agua de lluvia y las plantas aceleran su crecimiento.
Otro dato a destacar, es que la lluvia tiene la facultad de ser una bendición para las plantas y los animales pero si cae en exceso puede inundar los cultivos, sobre todo si no existe un buen sistema de drenaje en el terreno.
El agua contiene muchísimos minerales y nitrógeno, además de iones negativos, que de inmediato nos ayuda a sentirnos mejor. El agua es sagrada tal como es pero cuando se les acondiciona algunos cambios con energía de convierte aún en más poderosas.
