AG Noticias
La Educación sobre la Mesa

La Educación sobre la mesa. Hoy: «Repensar la Evaluación, evaluar nuevos enfoques»

La Educación sobre la mesa. Hoy: "Repensar la Evaluación, evaluar nuevos enfoques"
Por la Dra. Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)

“La evaluación educativa ha sido y es un pilar fundamental en el proceso de aprendizaje, pero en el siglo XXI, se enfrenta a una serie de retos y oportunidades que demandan una revisión profunda de los métodos y enfoques tradicionales.”

Históricamente, las evaluaciones han priorizado la memorización de hechos y datos. Teniendo en cuenta el empleo de modelos estandarizados se validaban resultados que daban cuenta de la capacidad adquirida por los estudiantes para la retención de información y su reproducción.

Sin embargo, en el siglo XXI, la realidad educativa nos demuestra que hoy la importancia recae en el desarrollo de habilidades, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad y la colaboración. Las evaluaciones deben reflejar esta transición, centrándose en la aplicación práctica de conocimientos en lugar de la simple resolución de consignas teóricas que carecen de sentido avezado.

La evaluación formativa, predica en su andar

La evaluación formativa es aquella que busca mejorar el proceso educativo de manera constante. Esta evaluación nos permite conocer qué, cómo, cuándo y cuánto está aprendiendo el alumnado. Lo que nos ofrece la posibilidad de ir regulando las estrategias, recursos y actividades para obtener mejores resultados. La evaluación formativa es un proceso sistemático para obtener evidencia continua acerca del aprendizaje.

Los datos reunidos son usados para identificar el nivel actual o real del estudiante y adaptar la enseñanza para ayudarle a alcanzar las metas de aprendizaje deseadas. En la evaluación formativa, los estudiantes son participantes activos con sus profesores, comparten metas de aprendizaje y comprenden cómo van progresando, cuáles son los pasos siguientes que necesitan dar, y cómo darlos (Heritage, 2007 en Moreno, 2016).

La evaluación formativa es un proceso de acompañamiento que conduce al desarrollo de las competencias del estudiante. El propósito es obtener información sobre su progreso de tal manera que se puedan identificar las necesidades de aprendizaje o limitaciones que presenta en el desarrollo de sus capacidades para implementar oportunamente una retroalimentación valiosa (UNESCO, 2021).

Black y Wiliam (2005) señalaron que las estrategias productivas de la evaluación formativa incluyen preguntas diseñadas por el profesor para explorar el aprendizaje de los estudiantes y generar momentos en los que ellos puedan intervenir y así promover el aprendizaje. Por su parte, Shavelson (2008) sugiere que para encontrar el vacío entre lo que los alumnos saben y lo que necesitan saber, el profesor debe desarrollar un conjunto de cuestiones centrales que lleguen al corazón de lo que se debe aprender en una clase específica.

Además, el docente tiene que saber el momento correcto para preguntar estas cuestiones de modo que los estudiantes sean capaces de revelar lo que comprendieron, así como de aportar evidencia que pueda respaldar sus conocimientos.

Evaluación en el siglo XXI

Este contexto destaca la urgencia de replantear los enfoques pedagógicos para preparar mejor a los estudiantes. No solo para adaptarse a la tecnología, sino para sobresalir en un mundo globalizado. Para asegurar un aprendizaje significativo en este contexto, compartimos algunos puntos clave que se pueden considerar:

  1. Rediseñar las evaluaciones hacia proyectos auténticos y colaborativos. Que impliquen aplicar sus propias habilidades y conocimientos adquiridos para generar soluciones viables y creativas.
  2. Formulación de preguntas de alto valor. Un aspecto clave es la formulación de las preguntas adecuadas, que no redunden en lo genérico, sino que les permitan explorar el conocimiento a un nivel más profundo.
  3. Promover la creación de contenido original. Si bien la IA puede generar contenido con rapidez, los docentes pueden desafiar a sus estudiantes a crear productos originales a partir de esa información.
  4. Integrar habilidades socioemocionales. En un mundo en donde los estudiantes enfrentan desafíos personales y sociales, es crucial que la educación también se enfoque en el desarrollo de habilidades socioemocionales como la empatía, la resiliencia y la capacidad de trabajar en equipo.
Imprescindible involucrarse

Es imprescindible que los docentes nos involucremos en una capacitación constante no solo en el uso de herramientas tecnológicas, sino también en metodologías pedagógicas que favorezcan el aprendizaje activo, colaborativo y basado en proyectos. 

Los docentes tenemos el desafío de transformar nuestro rol en mentores y facilitadores, promoviendo un aprendizaje que vaya más allá del uso tecnológico, que se enfoque en el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales. La tecnología está al alcance de todos, pero la creatividad, el análisis crítico y la capacidad de generar un valor diferencial siguen siendo la clave para preparar a los estudiantes para un futuro en el que la tecnología es una herramienta, pero no un fin en sí mismo, y que el aprendizaje es y será a lo largo de la vida.

Si miramos a la Evaluación como aquello que muestra lo que no quiero ver, nos estamos perdiendo de ver aquello que puede ser mejor.

Que sea un maravilloso y primaveral domingo!!!

nakasone